El camión se detiene en medio de la fría noche...
Son las tres de la mañana en Kiev...

-Salgan rápido del camión, muevan el culo antes de que los militronchis nos vean y nos dejen como coladeras, muévanse muévanse!- dice un hombre encapuchado. Salgo del destartalado camión en medio de la noche, no se ve nada... ni en el cielo, ni en frente mío... estamos en la zona...

-Es el momento, el que se sienta arrepentido que vuelva rápido al camión, y el resto agachados y síganme.- dice el hombre mientras apaga todas las luces.

Comienzo a seguir al guía que me ha traído al frio, al hombre que me ha traído al infierno...
Corremos en medio de un fangal que huele terriblemente, y luego paramos súbitamente en medio de la oscuridad...

-silencio, acabo de ver una luz- murmura el guía, dando unos pasos hacia adelante. -maldita sea, tendré que encender el Geiger-.
En menos de unos pocos segundos el aparato que acaba de sacar aquel hombre viejo de la mano, comienza a pitar como si fuera a explotar, entonces lo apaga y nos ordena esperar.

Me caigo sobre el lodazal y me despierto rápidamente, y me doy cuenta de que todos mis compañeros se ríen en un tono muy bajo, aun así me es difícil verlos en la oscuridad... son las tres y media de la mañana en el Kiev...

-Bien, despierten vagabundos, vamos a entrar- Dice el guía lo suficientemente alto para que todos los que estamos entre dormidos nos despertemos. - La cosa esta así, yo les doy la señal y corren en línea recta lo mas rápido que puedan hasta llegar a una vieja torre de ladrillo abandonada, una vez allí, se meten con cuidadito sin hacer mucho ruido y se callan...- Entonces un desafortunado amigo levanta la mano...
-¿como veremos la torre si no se ve un carajo?-
El guía toma al muchacho de la mano y lo envía a correr de primero... dos segundos después suena como los huesos y las entrañas del pobre hombre se desperdigan en el aire...
-bien, así sabrán si van en buen camino... corran en línea recta imbéciles!-
Comienzan a salir los bien y mal aventurados...
El primero corre, no se escucha nada.
El segundo corre, no se escucha nada.
El tercero corre, se escucha como es desmembrado.
El cuarto, el quinto, y el sexto corren, todos son convertidos en ensalada.
El séptimo corre, no se escucha nada más que sus pisadas en el fango.
Es mi turno, es ahora o nunca, cierro los ojos y trato de correr en línea recta lo más rápido posible...
Escucho los latidos de mi corazón, parece que mis venas van a estallar. Recuerdo mi joven vida, apenas tengo veinte años...
Corro, Corro, pero no llego a ningún lugar...
Sigo corriendo, comienzo a sentirme cansado, soy buen atleta pero no suficiente como para correr esa distancia, paro en medio de la oscuridad.
Me detengo a tomar aire, inhala, exhala, inhala, exhala, una y otra vez, necesito aire, mis pulmones me piden mas y mas...
Llego a un punto en el que me recupero...
En pocos segundos estoy listo para volver a correr cuando en un momento inesperado escucho pasos rápidamente detrás de mí, no me dan tiempo de voltear a mirar y entonces me propinan un puntapié en todo el trasero...
-Corre o te va a comer El Delgado!, corre chico! ja ja ja!- grita el guía mientras sigue corriendo en la oscuridad...
Me levanto, comienzo a correr de nuevo y se pasa por mi cabeza cosas sin sentido, y comienzo a hacerme preguntas imbéciles como... ¿quién es el delgado?, ¿donde está la barrera de seguridad del ejercito?, ¿qué hace mi viejo en este momento?... ¿el delgado me va a comer?... corre como si no hubiera mañana Coño!...

Sigo corriendo hasta que comienzo a sentir que ya no hay lodo debajo de mis botas, ahora siento hierba, hierba alta, y entonces escucho a los compañeros que sobrevivieron en las cercanías...
-Ahí viene el ultimo, enciende la luz chico, ya estamos a salvo!, al menos de los militares!-
Si, de alguna extraña manera, este lugar, esta torre de ladrillo, marca la seguridad para nosotros.
-Acamparemos aquí y dentro de pocas horas saldremos hacia el campamento de novatos, así que duerman bien.- Dice el Guía mientras tiende un pedazo de colcha para dormir.
Hace frio, deben ser las cinco de la mañana, ya hay un poco de luz en el cielo…
Levanto la cabeza y veo a todos durmiendo aun, me levanto para echar un vistazo alrededor de la torre de ladrillo. Doy pasos con cuidado para no pisar la mano de nadie ni activar ninguna PMm que esté por ahí tirada.
Logro llegar al arco de ladrillo grande con enredaderas que sirve como entrada y puedo ver afuera, puedo ver lo que será mi hogar por mucho tiempo si no me matan…
Me extiendo, y camino unos metros en la hierba y comienzo a pensar que será lo que sucederá ahí dentro. Desde la gran explosión el gobierno inicio una campaña de difamación de la Zona, para alertar a todo el país que debía mantenerse alejado del lugar. Hablaban de sus horrores de forma repugnante, yo sin embargo veo este lugar como un nuevo comienzo, y hasta ahora, la vista es muy buena.
Siento una mano fría que se posa sobre mi hombro derecho, entonces giro rápidamente. Es el guía, que mira el paisaje al igual que yo, como si fuera su primera vez. Obviamente no es su primera vez, este hombre entra y sale de la Zona todos los días, y cuenta con suficiente suerte para no morir en cada intento.
-Como una Viuda Negra, ¿no crees?- me dice viendo el horizonte
-¿Una viuda negra? ¿A qué se refiere?- le digo mientras lo volteo a mirar…
-Hermosa, pero letal, esa es la zona chico… ¿estás listo para lo que sigue?-
Hago un gesto para hacerle entender que estoy listo para lo que sea y regreso a la torre de ladrillo.
Antes de entrar a la torre me vuelvo a dirigir hacia el guía…
-Oiga, eh pues, ¿Quién es el Delgado?-
El Hombre ríe y entra en la torre…

continuara...? parece un buen comienzo para una serie de relatos


Let The Bodies It The Floor