Dedicado a Ezequiel, a quien nunca le gustaron los textos sobre el Shinigami porque antes era aún más exagerado lo que yo hacía. xD


Asalto


La base de la facción Apokalipsis, en el centro del Vertedero. Habían concluido todas sus construcciones alredeor del 15 Noviembre de 2013. No solo habían construido niveles subterráneos para alojar a los residentes y las reservas, sino que convencieron a Hela de que hiciera lo mismo. Pero el codicioso proyecto no terminaría en ese punto. Ambas bases fueron conectadas por un túnel subterráneo hecho por los ingenieros de la facción hispanohablante, ese túnel tenían cañerías de agua potable, y la planta se encontraba en el nivel 3 de Apocalipsis, el lugar de suministros y altos mandos. ¿De dónde provenía el agua? De Chernobyl. Fue un viaje largo a la ciudad abandonada, pues estaba lejos de la Central, más al Este del Valle Oscuro.
Ya existía un túnel subterráneo que comunicaba el Vertedero con el Valle Oscuro, solo fue necesario continuarlo y agregar la cañería en una estación de bombeo cerca de los límites de la ciudad de Chernobyl, el agua era redirigida desde el río hacia una estación en el centro de la ciudad, luego a los límites, al Valle Oscuro y al Vertdero. Pero una larga excavación fue necesaria: equipos debían cavar de ambos lados del túnel; lo mismo sucedió con el túnel que conectaba las facciones Apokalipsis y Hela. Sin embargo, ese túnel estaba restringido a altos rango, y Shinigami era uno de ellos.

El asesino convenció a Yuri Volkov, el segundo al mando, de que le dieran una habitación en el mismo Nivel 3, justo al lado del túnel.
Las paredes de la habitación eran completamente grises. No había una sola ventana, pues estaban bajo tierra, y la luz artificial era la única que llegaba ahí; claro, hasta que el Shinigami colocara un Artefacto Burbuja sobre una repisa destartalada. Eliminando la radiación, y dando una tenue luz, como una caverna oscura y ancestral.
Tenía una cama y un par de armarios viejos, la repisa antes nombrada y baúl para armas y municiones que fueron recuperados de un edificio tragado por las aguas del Pantano al Oeste del Cordón. Comerciando con Bandidos logró conseguir una computadora portátil, que estaba todo el tiempo sin salir de esa habitación. El suelo estaba cubierto de baldosas negras, y los muebles habían sido pintados de un tono naranja pastel, pero aún seguían estando rotos o torcidos. Un cartel blanco con los caracteres japoneses para Shinigami, pintados con tinta roja de un pincel gigante, yacía en la pared Este, donde estaba la rústica cama de madera con un colchón viejo cubierto por varias sábanas, frazadas y almohadas. Las misiones del Shinigami como STALKER le ayudaron a costear una habitación decente, pero algo oxidada.
El estaba sentado en su cama, terminando de remendar un parche dentro de su nuevo traje SEVA, súper-reforzado por el ruso Oleg, para mayor protección contra las balas y anomalías. El traje fue bautizado Red Juggernaut, y la ondeante gabardina roja formaba parte de él, adherida bajo la placa de armadura del pecho.

Se puso su traje, Red Juggernaut, pero estaba escondido debajo del sobretodo negro, que él robó a un Bandido la primera vez que entró al Cordón.

Enfiló al túnel, presento una identificación en su PDA y le permitieron pasar, mientras el guardia de Apokalipsis daba aviso a las guardias de Hela en el otro extremo del túnel. Tenía dos metros de diámetro y varias tuberías de agua casi pura que corrían hacia el norte por acción de una bomba. Fue un viaje rápido, directo. El túnel tenía una sola falla: un desnivel en el punto de encuentro, requería subir una escalera por tres metros de altura. Ese punto era custodiado por guardias de ambas facciones, pues protegían una bomba de agua muy poderosa que ayudaba al flujo constante. Reconocieron al asesino y lo dejaron pasar.

Hela. Para su desgracia, el Shinigami había ganado una popularidad inestable. Por un lado, sus fanáticas, que alaban sus hazañas; por otro, gente que odiaba su forma sanguinaria de actuar, de cumplir sus misiones. En la tabla de popularidad regulada por Sidorovich, Shinigami era el número 13. Arriba de él se encontraba todo el resto del grupo, y el mejor STALKER de toda la Zona era Nika, para sorpresa de todos, pero Vlad le pisaba los talones, y a su vez Hoffman, Irina, Alek, Logan, Alpana, Minkia, Oleg y Tagu los seguían de cerca.
Cuando Shinigami emergió a la superficie, solicitó un informe. Nadie le pide misiones si no se requiera hacer correr sangre a montones.
Mutantes. Un censo aproximado de medio millón de Roedores estaban al Norte de la base de Hela y ya estaban comenzando a moverse para tomar la ciudad de Rostok. Pero no solo Hela. Deber y los Mercenarios también corrían peligro y se preparaban para defender sus propias bases, sin colaborar con los demás.
El asesino llegó a un punto estratégico sobre el tejado de Arena de Hela. Dante, Hoffman, Alpana, Sykes, Alek, Tagu, Ezequiel. Estaban allí. Cuando se dieron cuenta, Konstantin había llegado. Detrás de él varias mujeres de Hela traían cajas y cajas llenas de granadas de todo tipo y municiones comunes. Ezequiel tomó la palabra.


– Caballeros. Saben que no me gusta usar la ayuda del señor cara-de-esqueleto, pero debo reconocer, con gran pesar y un terrible asco en mi boca, que es mejor que nosotros en estrategia militar y planeación de asaltos… Muy bien, asesino. ¿Qué hacemos para que no maten a las refugiadas?
– Cuello de botella. – respondió
– ¿Qué demonios…? –Ezequiel no comprendía
– Avanzan en línea recta, pero en formación, por así decirlo. Si hacemos que se amontonen, será más fácil matarlos. Hay que trazar varias líneas con algo combustible, líneas oblicuas, perpendiculares, pero que no se crucen. Haremos un pequeño laberinto para ratas de laboratorio, y las paredes serán de fuego.
– Ah, mierda, por eso no quería llamarlo. Es demasiado destructivo. –Ezequiel ya se estaba arrepintiendo
– No me gusta. –fueron las únicas palabras que emitió Zombi
– Eso dará ventaja. –profirió el Shinigami– Los bichos se amontonan y les tiras granadas. Si se acercan mucho les disparas. El fuego servirá. ¿O acaso nadie recuerda la batalla de Termópilas?
– Trescientos Espartanos… contra… miles de Persas o más. – dijo Hoffman – Pero si ocurre lo mismo, moriremos.
– ¿Qué mejor que tener a la mismísima muerte sumando vidas extras en tu contador? –se burló Alek– Me agrada este tipo, cada vez que lo acompaño me deja matar a todos los mutantes que vea, aunque sea con los binoculares puestos. –y el ruso echó a reír
– No me gusta para nada su idea. –se quejaba el hispano– Haremos uno de los dos planes que yo ya había hecho.
– La verdad... –interrumpió Alek– La idea de la calaverita me parece mejor.
– A mí también. –secundó Tagu
– Es más efectivo para matar a las ratas. –decía Dante en voz baja señalando al Shinigami con la mirada
– Yo sigo apoyando el plan de Ezequiel. –Sykes revisaba los cargadores de sus armas
– Este es el hogar de Nika. –señaló Hoffman– Pregúntenle a ella cuál de los planes es mejor, aunque me inclino por el plan de Ezequiel, Shinigami no parece un buen estratega que digamos.

Las mujeres de Hela decidieron que la idea del Shinigami generaría menos bajas. Pasaron dos horas. Shinigami, Alek, y varias mujeres de Hela estaban terminando de esparcir el combustible tomado de tanques de viejos automóviles abandonados. Ya habían trazado todas las paredes del laberinto, cuando los Roedores atacaron. Parecía que una tela negruzca volaba al ras del oscuro pasto de la Zona.
Corrieron, disparando hacia atrás, los constructores del laberinto iban a refugiarse. Alek lanzaba granadas en los puntos de ignición, pero no funcionaba. Alpana, a lo lejos, tomó su rifle y lanzó una ráfaga de balas. El calor de las trazadoras, esas municiones que se envuelven en llamas al rozar románticamente el aire, surcó el aire con el combustible que se evaporaba, el cual entró en ignición y así comenzaban a alzarse las paredes de flamas, que calentaban el frío aire ucraniano, creando varios cuellos de botella, blanco de las granadas de los demás hombres en los techos. Alek disparó al suelo delante de él y corrió más rápido, pues había activado una trampa: catapultas especiales lanzaban granadas por los aires, matando a varias de esas pestes.
Cada vez que los roedores se acercaban a los talones de alguien, Shinigami lanzaba una granada tres metros delante de esa persona. El stalkter daba un salto y las mugrosas ratas mutantes detrás de él saltaban por los aires, fritas, perforadas, descuartizadas. Pero Alek estaba comenzando a cansarse, tenía demasiadas municiones en su mochila. Estiró su brazo hacia delante y cayó al suelo. El asesino volteó para ver a su colega ser tragado por el manto negruzco de mutantes.
Se lanzó encima de ellas. Las pisaba y disparaba sin tregua en ráfaga de dos balas. Los pequeños sesos de las criaturas salpicaban suelo y aire hasta una altura de tres metros por la fuerza del Vintorez. Una mano se alzó entre el manto de mutantes. Shinigami lo tomó con fuerza y comenzó a dar vuelta en círculos, girando, como si estuviera a punto de soltar una bala para las Olimpíadas.
Lo hizo. El pobre Alek, con algunos agujeros y marcas de mordidas en su traje, se elevó un poco en el aire, para caer de pie, tropezar, dar unos pasos mientras se alzaba y reanudar su escape, mientras Alpana y Skyes usaban balas trazadoras para terminar de encender las últimas paredes de fuego.
Shinigami estaba rodeado, las ratas comenzaban a subir por sus piernas, intentando morder el duro blindaje que Oleg hizo. Enfurecido comenzó a correr hacia una de las paredes de fuego y salió del gigantesco cuello de botella. Los roedores que se sostenían a su cuerpo cayeron retorciéndose frenéticamente mientras sus cuerpos se carbonizaban por acción del fuego. El asesino rodó por el suelo, apagando las abrasadoras llamas de su traje, y corrió con todas sus fuerzas hacia las trincheras.
Saltó, entró y se quitó el casco para tomar aire. Estaba exhausto. El sudor se le escurría por los bordes y aberturas de su máscara de calavera. Apoyó su brazo contra una pila de escombros para no caer. Pero aún no había visto a un Roedor que corría a su encuentro, con afilados dientes apuntando al orificio de la máscara destinado al ojo. En ese momento, el brazo del Shinigami se levantó y lanzó tres balas con el Vintorez. La rata mutante explotó, salpicando sangre sobre la inmaculada máscara.
Irina se apareció en la trinchera y llevaba consigo una ametralladora pesada, una RPD. Era socorrida por dos guardias de Hela en la manipulación del arma. Pero esto no detuvo a Alek en su sed de fuego. Se escabulló en las trincheras y robó un RPG-7 con muchas granadas. La lluvia que propinó hacía no solo hacer volar por los aires a los mutantes, sino también parte de la tierra, dejando cráteres en miniatura.

Las pocas ratas que quedaron fueron presas del fuego que se propagaba por los pastos secos, pero se apagaba al poco tiempo, pues una lluvia comenzaba a gestarse. Una lluvia que presagiaba otra plaga conforme el asesino se colocaba su casco de nuevo.

Bandidos. Huyendo desde el Bosque Rojo, presas de su codicia escapaban sin armas de fuego.
El asesino sabía que esta era la oportunidad que esperaba desde hace meses. Nadie jamás lo vio utilizar sus armas blancas.
Dos espadas se aparecieron, una en cada mano. Y corrió al encuentro con los bandidos, quienes blandían cuchillos y pistolas amenazando a las Hela sin ver al asesino corriendo a su encuentro.
Irina lo observaba con binoculares, pero ordenó el cese al fuego. Ella pudo reconocer la estrategia del Shinigami, era la mayor estupidez del mundo.
Él utilizaba movimientos del Ninjutsu, el arte oscuro de los Ninjas, mas en lugar de puñetazos y golpes, empleaba las espadas. Puntos vitales con heridas de gravedad, sangre salpicando al compás de un violento y sádico Vals que resonaba con música de Rock solamente dentro de la mente del asesino. Con la katana realizó un corte ascendente abriendo la garganta de un Bandido, soltando la espada que voló por los aires. En la otra mano tenía la alfanje, que usaba para perforar a un Bandido, mientras, con la mano libre, tomaba la Desert Eagle y disparaba a un Bandido a lo lejos, mientras se agachaba, guardando la pistola y la alfanje. Un Bandido corría hacia él. Shinigami sujetó la pistola del Bandido y movió rápidamente la mano de éste y soltándola, para que la bala diera en el ojo de otro Bandido a lo lejos; la katana caía hacia el suelo, Shinigami extendió su mano sujetándola y blandiéndola, degollando al que tenía al lado, el que “accidentalmente” mató a su compañero.
Quedó uno. Necio, torpe, a diferencia de sus compañeros caídos, creía que sí podía vencer al asesino. Shinigami se apresuró en tomar la pistola del último muerto, antes de que el arma cayera al piso, y la lanzó hacia el último Bandido, golpeando su frente, mientras el oscuro guardaba su katana. Tomó la pequeña daga árabe en un solo movimiento, lanzándola por el aire, clavándose en el cuello de la víctima, que se asfixiaba por un metal en su garganta. Shinigami caminó lentamente, removió la daga hacia arriba, haciéndola volar hacia el cielo. Mientras sujetaba la cara del Bandido y, con un movimiento de Sambo, le rompió el cuello, que se desprendió de la cabeza por el profundo corte desparejo de la daga; la daga estaba cayendo, el Shinigami la atrapó con algo de dificultad, la limpió y la guardó. De la nada, salió un chupasangre. El asesino ni siquiera llegó a oír la respiración de la bestia. El monstruo se volvió visible delante de él, mientras tomaba la Desert Eagle y retrocedía, intentando quitar el seguro, cuando la cabeza del monstruo explotó.
Volteó hacia la base de Hela para divisar a Alek saludando con una mano mientras apoyaba en su hombro un rifle de caza. Y el asesino cayó rendido en sobre el pasto negro, presa del cansancio, queriendo dormir una siesta, el sudor comenzaba a formar un lago dentro del traje sellado, y su postura horizontal no lo ayudaba a él, pero sí a la sucia humedad. Miró al cielo, las gotas ácidas caían cada vez más, y la gente de Hela corría a cerrar el muro detrás de las trincheras. Luego, unas figuras impedían ver las nubes. Alek, Tagu, Sykes y Alpana lo ayudaron a levantarse. Ezequiel estaba en el techo aún y miraba la escena con desdén. «No me gusta trabajar con él, desperdicia recursos.» decía al viento. Irina se acercó, lo había escuchado; «A mi no me gusta que él esté cerca de Nika, pero como ella lo trata como a un hermanito menor, no puedo echarlo de aquí. Supongo que debemos aprender a vivir con él y todas sus estupideces.». A lo que el hispano respondió: «Aprendimos a vivir aquí, tal vez un poco más de basura paranormal nos venga mal…»

XDDDDDDDDDDDDDD es nuevo o resubido? XD se nota que tiene tu estilo para molestar a eze XD

– Caballeros. Saben que no me gusta usar la ayuda del señor cara-de-esqueleto, pero debo reconocer, con gran pesar y un terrible asco en mi boca, que es mejor que nosotros en estrategia militar y planeación de asaltos… Muy bien, asesino. ¿Qué hacemos para que no maten a las refugiadas?

tengo que recordarte que mi Eze es un ex-comando del ejercito? que la mayoria de los que nombraste tiene pasado militar? XD

si descartamos algunas cosas se podria decir que esta bueno xD

jajaja gracias Eze
es resubido
todos son resubidos xDD
solo 3 nuevos (A Oscuras, Mariposa Monarca 2 y Sin Salida), todos los demás son resubidos y todavía me faltan, pero alpana tiene que avanzar con sus textos y los de nika antes

Shinigami fue policía, militar (teniente) y agente de interpol (capitán) xD
el padre adoptivo es General en el ejército de Japón y le obligó al chico a estudiar muchas cosas, incluyendo memorizar El Arte de la Guerra de Sun Tzu xD
Le falta la práctica, pero tiene la teoría xD
por eso a nadie le gusta reconocer que él sirve de estratega xD

de todas formas, pienso hacer un relato nuevo con el grupo entero dentro de poco

aún asi eso no califica a shinigami a ser mejor que los demas en estrategia xDDD que en las FF. AA. no te enseñan a jugar a las damas XD
a ver si en esta acertas y no haces parecer a la mayoria del grupo como incompetentes jejejejeje
que lindo es ver al grupo reunido

che, este texto es Alek y Shinigami preparando el laberinto de combustible que enciende Alpana, y después Shinigami pelotudeando con unos Bandidos xD
osea, todos los demás estaban disparando contras las ratas, no es fácil pegarle a esas cosas xDDDDD

de hecho, ahora tengo material para 2 relatos nuevos, hago uno ahora