Dos años

Fueron dos años de creer haber dejado todo atrás, pero las sombras jamás han desaparecido totalmente y jamás lo harán. “sabes que no lo merecía” balbucea mientras llora una voz en su cabeza.

Los pasos de Nika comienzan a entrecruzarse. El grupo lleva caminando dos horas. Es una noche particularmente fría pero el calor en ella continua creciendo como una vieja caldera. Nadie parece notar que algo no va bien, solo el alemán la mira estudiándola, pero ya está cansado de verla, realmente no entiende que le pudo ver el Animal, no tiene ni siquiera punto de comparación con las mujeres de sus tierras. Inmediatamente dirige su vista al frente y continúa caminando. Los minutos desaparecen como el terreno detrás de sus pies, su mente racional esta hundiéndose de a poco en la niebla. Las costuras del fondo de la mochila, de cargas negativas, están cediendo ante el peso insoportable. Piensa en su hermana, en todo el tiempo que ha pasado desde que entraron a la Zona y una certeza cae del cielo como una lengua de fuego: está muerta. Las lágrimas se acumulan en sus ojos, la rabia se apodera de su corazón como un cáncer, devorando todo a su paso. Aunque hace lo posible por evitarlo cientos de imágenes asaltan su mente: torturas, abusos, dolor, llanto. Los músculos de su rostro se tensan en una mueca insana. De a poco su caminar errante la deja atrás sin que los demás lo noten, su mano presiona la pistola como si quisiera destrozarla, de repente y tan impredecible como una tormenta tropical, sus cuerdas vocales lanzan el grito más desgarrador que ninguno de ellos haya oído jamás. Ezequiel rápidamente gira apuntando hacia Nika con su escopeta, pensando que algún mutante la ha sorprendido por la espalda, pero lo que ve es aún peor, la rabia en los ojos de ella haría ver a los chupasangres como meros corderos.

- ¿Por qué la dejaron morir?! Malditos idiotas! ¿Por qué?! – grita Nika mirando al cielo.

- ¿Qué sucede pequeña? – dice Vlad, pero rápidamente es interrumpido.

- Dejen de llamarme así!!! No soy una maldita niña! No los necesito! - grita ella.

- Estúpida desagradecida, si no fuera por nosotros media Zona habría abusado de ti y estarías muerta como un maldito perro -. Esa son las últimas palabras del alemán.

Nika levanta su pistola y sin pensarlo dispara. La bala da en un costado de la máscara desplomando al aleman. Inmediatamente ella comienza a pasear el arma por el resto del grupo, esperando que alguien intente algo.

Alek alza su Groza, pero Vlad toma el caño del arma quitando a Nika de la mira.

- Mató a Hoffman! -. Dice Alek.

- No esta muerto – dice Konstantin, agachado junto al alemán.

- Nika, baja el arma, necesitas tu dosis – dice Vlad.

- ¿tu dosis? No soy una maldita adicta. Déjenme sola! -. Contesta ella

- No voy a dejarte, vas a morir si no llegamos al cordón! – El ruso comienza a caminar lentamente hacia ella.

- No te acerques, maldito hipócrita! – dice ella.

El no se detiene hasta que una bala da en medio de su pecho lanzándolo hacia atrás. La protección antibalas absorbe gran parte del impacto pero aun así el plomo penetra la carne.

- ahora si! – dice Alek y abre fuego sobre ella en el instante en que el Hispano lo empuja desviando sus disparos.

Uno de los proyectiles desgarra la manga izquierda del Seva de Nika. Ella apunta a Alek cuando Ezequiel se cruza y es él quien recibe el impacto en su hombro. El ruso suelta su arma y evita que el hispano caiga al suelo.

- Déjenme sola! – grita Nika.

Vlad se levanta y arremete contra ella quitándole el arma antes de que vuelva a disparar, pero no puede evitar que lance una patada giratoria. El ruso apoya una de sus manos antes de caer y se impulsa nuevamente sobre ella. Nika lanza otra patada a su cabeza, que esta vez Vlad logra cubrir. A pesar de que ella deja abierta su guardia en ese movimiento, él no intenta golpearla, por lo que recibe un puñetazo en el rostro. Un fino hilo de sangre cae de su nariz. Los demás miran sin poder creer lo que está sucediendo. Al fin el ruso lanza un golpe, pero la mente racional de Nika a retrocedido poniendo todos sus instintos en modo de supervivencia, ella toma el brazo desviando la trayectoria y hunde la rodilla en su pecho justo sobre el impacto de la bala. Inmediatamente, y antes de que pueda romper la inercia, Vlad ve la suela de ella venir hacia su cara, hasta que todo es oscuridad. El ruso se pone en pie, pasa su mano por su rostro y esta se tiñe totalmente de rojo.

- podrás patear todo lo que quieras, pero vas a venir conmigo -.

Vlad lanza un golpe al estomago de Nika, pero ella como una cobra, salta apoyando sus manos en el puño del ruso, golpeando su mentón de un rodillazo. El logra mantener el equilibrio y la toma por la espalda inmovilizando sus brazos, pero antes de que pueda trabar también sus piernas, ella patea su rodilla haciendo q la suelte. Luego le da un codazo en el estomago y finalmente son sus genitales los que reciben un rodillazo. Cae arrodillado, Nika lo sujeta de sus pelos y suelta toda la furia de su alma en un puñetazo al rostro. La sangre vuela como el estallar de un globo con agua.

Los demás se quedan petrificados, Nika comienza a correr desesperadamente hacia los arboles, perdiéndose rápidamente en la oscuridad. Su visión se vuelve roja y su mente se desconecta totalmente, las piernas logran dar un par de pasos más antes de que su cuerpo se desplome vacio sobre el frio lodo, debajo de un barranco.


Epilogo:

Los truenos continúan retumbando en su cabeza, mientras viaja inconsciente sobre el hombro de un extraño.