Hola a todos, soy Alpana.
Creo que me toca hacer esto, aunque no tengo ninguna gana. Pero ella se lo merecía. Alguno de nosotros se sentirá especialmente tocado al recordarla. Me incluyo entre ellos. He creado este nick para colgar sus relatos, el avatar lo hizo ella mismaa, yo solo añadí el crespón negro.
Voy a ir subiendo poco a poco los relatos que Kurayami/Code_Veronica/Irukandji (más conocida como Nika por la Zona Hispana).
El mérito no es mío. Hay que agradecérselo a Shinigami, que se ocupó de buscar los relatos de en la caché de Google, Jota, que también conserva algunos y yo mismo que tengo otros pocos.
Trataré de colocar los relatos en el mismo orden en que Nika los subió a la página según las fechas, y así mantener una continuidad temporal, ya que muchos de ellos forman parte de una historia que interactúa con los relatos de otros escritores, sobre todo de los antes mencionados. Espero poder poner todo en orden cronológico y que no haya jaleos. Junto al título de los relatos de Nika y de los demás que formen la historia que entre todos desarrollamos en su día, pondré el número del capítulo que serían si fuesen una novela, y así poder seguir mejor la historia.
Una recomendación a todos aquellos que no hayan leído los relatos de nuestra querida Nika. Hacedlo, no os los perdáis, la historia es realmente buena, uno se llega a encariñar con los personajes, y están muy bien escritos.
Va por tí.
PD: en algunos hilos, como en este, dejo también los comentarios que Nika puso antes o después del relato propiamente dicho.
Jue Oct 09, 2008 11:55 am
Antes que nada voy a pedirles que tengan pasiencia si hay muchos errores en esto:blush: . surgio de la suma de ver los relatos de los demas
, los errores de la web de ayer, los cuales no me dejaban postear en la partida de rol
, y en mayor medida de mi situacion actual
. bueno ahi va:
Dedicado a los que me dieron su apoyo
.
El amor no es para mí.
Todos estaban alrededor del fuego riendo y contando historias, todas llenas de mentiras, pero que al menos les servían para reír. Yo estaba como ausente, hipnotizada por la llama que consumía la madera como el dolor consumía mi corazón. Estaba sentada un tanto retirada de los demás, mas allá estaba aquel grandulón que tan bien me caía, pero ahora quería estar sola. Me puse de pié para retirarme sin despedirme de nadie, me habían dado un oxidado catre en una habitación con un colchón tan flaco como mis ganas de reír junto al fuego. Estaba por descender las escaleras cuando oigo “Hey preciosa, quizás algo de esto pueda alegrarte la noche”, dude un instante en siquiera darme vuelta, pero no se merecía tal desaire después de todo lo que me había protegido, asique gire mi cabeza juntado todas mis fueras para sonreírle y seguir camino. Cuando voltee vi que balanceaba una botella de vodka, antes de la zona no solía beber nunca pero ese me pareció un buen momento como para empezar. Me acerque a él, tome la botella sin siquiera decir nada y le di un buen sorbo, quizás el ardor en mi garganta pudiera tapar al menos un poco el del corazón. “Tómalo con calma!” me dijo, pero podía ver en su mirada que estaba fascinado. Me senté a su lado, y comenzó a contarme historias tan increíbles como las de los demás alrededor del fuego, pero algo en su voz las hacia creíbles. Entre relatos él me preguntaba que era lo que me preocupaba, pero yo seguía tomando y solo meneaba la cabeza, después de unos intentos comprendió que no quería hablar de eso. La primera noche que pase en la zona creí que iba a morir de hipotermia, pero ahora no sentía el frio para nada, el alcohol ya habría inundado mi sistema nervioso. De repente en medio de uno de sus apasionados relatos me levante como si tuviera un resorte y él me tomo fuerte de una de mis manos. Pensé “bueno, ahora intentara cobrarse el vodka que te ha dado”, pero solo dijo “ya sabes, preciosa que estaré aquí y si necesitas un quita penas mas fuerte..” mientras agitaba un pequeño recipiente con pastillas. Lo mire a los ojos y le dije “gracias Vlad, no te preocupes”. Baje los escalones que conducían a la claustrofóbica habitación rebotando contra las paredes. Caí sobre el colchón y todo se puso negro.
Las risas sonaban en mi cabeza multiplicadas por miles pero todas tenían la misma voz, ”su” voz. Desperté bañada en sudor, me quite el chaleco, la chaqueta y solo me deje la musculosa, la habitación daba vueltas parecía que observaba todo a través de un túnel estrecho, camine hasta el pie de la escalera, tome mi katana. Había oído a uno de esos stalkers que nadie podía entrar en el galpón cerca de la fogata porque Wolf había dejado algo muy importante que nadie podía tocar, claro que lo había dicho porque era el único que no tenía ninguna historia a la altura de las de los demás y demás estuvo el reclamo de uno de ellos( creo que fue aquel ingles tan guapo) de que dijera que era lo que guardaba, para que el tipo soltara todo. “ha conseguido un motocicleta” dijo. Todos se echaron a reír al mismo tiempo, sobresalía la risa metálica del sujeto alemán que no se había quitado su máscara en ningún momento. A pesar de que el tipo insistía en que era verdad nadie le creyó, ni siquiera lo dudo como para cerciorarse, y al parecer el tipo tenía mucho miedo al tal Wolf como para mostrarlo el mismo. Pensé en que me encantaría montar mi moto como en aquellos días.
Subi la escalera, el aire me golpeo como una pared de concreto. Mire a todos alrededor del fuego y les dije “váyanse al demonio” todos se dieron vuelta y se echaron a reír, mire hacia el costado y Vlad ya no estaba allí, tampoco estaba Irina, quizás estarían juntos, quizás no, no me importaba. Salí caminando hacia el galpón, tome la escalera para subir al piso superior. El idiota que había contado lo de la moto grito, “eh, ¿que crees que haces?,¿ acaso eres estúpida?”, rápidamente saco su arma y apunto, uno de los que estaba ahí, tomo su mano y le dijo “acaso el estúpido eres tu?, primero nadie va dispararle a alguien por tan poca cosa y segundo ¿te olvidas que tenemos a esos malditos militares tratando de buscar motivos para borrarnos de la Zona?, mira en el estado en que se encuentra!”. El tipo soltó una risa nerviosa y dijo “tienes razón, si no se rompe el cuello terminara ahí dentro sin poder salir y cuando legue el viejo Wolf le dara su merecido, ¡tu sabes a que me refiero!!, jajaja”. Si no habría dejado la pistola en la habitación le habría volado la cabeza al idiota. Seguí subiendo los escalones hasta arrastrarme por las maderas del entretecho, mas al fondo había un agujero por el que podría descender y ver si estaba la bendita moto. Llegue hasta el agujero, me tome del borde tratando de estirarme para hacer mas corta la distancia al suelo, pero sin poder evitarlo termine desparramada en una nube de polvo. El alcohol al menos podía hacer por mi cuerpo lo que no pudo por mi corazón y el golpe no me produjo ningún dolor. Me levante limpiándome los ojos, estaba muy oscuro, al principio comencé a caminar tanteando lo que tenia por delante hasta que vi un gran bulto tapado por una tela en medio de la habitación. Tome la tela y tire, no podía creer lo que estaba viendo, era verdad el maldito no mentia!. Contemple la moto un momento, era un modelo extraño, no había visto nunca algo asi ni en las calles ni en las pistas. Parecía esas motos que se usan para hacer saltos entre obstáculos, esas que no tienen asiento. Me subí he intente arrancarla, arranco el primer intento. Puse primera y arremetí con la rueda delantera en alto contra la débil puerta del galpón. Por poco termino en el suelo pero logre dominarla, acelere hacia el campo con mi katana en su funda en la cintura. Me pareció escuchar la voz de Vlad decir “Nika detente eso es un maldito campo minado!” pero segui. Pronto apareció una numerosa jauría de pseudoperros, justo lo que necesitaba. Desenfunde mi katana y si dejar de acelerar comencé a rebanar a esos bastaros. La moto comenzó a
bañarse en sangre. Se escuchaban los quejidos. Decenas de ellos cayeron ante mi acero, sabía que no era la única con una katana aquí, los de la fogata había contado de un stalker llamado Shinigami que usaba una katana.
Dos cabezas salieron por el aire cuando algo golpeo mi motocicleta como una explosión y terminé en el suelo. No me podía mover. Escuchaba la voz de Vlad a lo lejos. “¿no me escuchaste?!, te has salvado de milagro”. Se notaba la preocupación en su cara. “¿Me viste?, ¿Cómo estuve? Los destroce a todos! Si no hubiese sido por esa anomalía!!!” le decía y el me miraba como si estuviera loca. “¿has destrozado a quien?, casi te destrozas a ti misma, y no ha sido una anomalía ¡ha sido una mina!”. Yo lo mire preocupada y le dije “¿dónde está mi katana?, debo limpiarle la sangre”, el hizo fuerza por no reírse y me dijo “si es a ese oxidado fierro al que llamas katana, ahí esta”, paso su brazo por debajo de mi cintura y me dijo “salgamos de aquí, aun podemos explotar”. Me levantó en sus brazos y estuve dormida antes de volver al campamento.
NIka Yagami 7 de ocutubre de 2008