Bueno, despues de darle tropecientras vueltas por fin me he decidido a hacer esto, el titulo va en concordancia con mi experiencia en los relatos xD, vamos que este va a ser mi primer relato, es un episodio piloto de un monton que quiero hacer si las cosas van bien y no desaparezco otra vez, por lo menos ya tengo a los personajes mas o menos definidos.
Esta hecho en un dia, asi que seguro que tiene muchas faltas.
El novato
“No se donde me encuentro y la cabeza me duele horrores. Lo ultimo que recuerdo es que un pseudoperro me estaba destrozando el brazo, ¿por que no haría caso al tipo del campamento de novatos? «Vladimir, llevas solo una semana aquí, aun es pronto para salir ahí fuera» pero no, yo me tenia que dejar llevar por las historias de los héroes que circulan dentro y fuera de la zona. No veo nada, está todo oscuro, aunque a juzgar por la luz tenue que entra por la ventana, parece que esta amaneciendo, o tal vez este anocheciendo, no lo se, no se ni el tiempo que llevo inconsciente y apenas puedo moverme. Parece que alguien me a vendado el brazo, por lo que veo aun queda gente honrada, que por lo que me han contado, lo normal es que me hubiesen rapiñado lo poco que tenia, a saber, una Makarov, que por el aspecto que presenta debió de haber pertenecido a 5 personas mas antes que a mi, 40 rublos y un bocadillo de queso... a no, el bocadillo se lo lanzé al chucho ese después de que se me encasquillara el arma, y total para lo que me a servido...”
Sumergido estaba en sus pensamientos cuando empezaron a oírse ruidos al otro lado de la habitación, las voces de lo que parecía dos hombres discutiendo. Hablaban algo bajo, por lo que era imposible de entender lo que decían. Al cabo de un rato dejaron de discutir, la puerta de la habitación se abrió y caminando con parsimonia entró un individuo alto y delgado. Con la oscuridad era imposible verle la cara, se acerco a Vladimir y le toco la frente.
–Parece que te a bajado la fiebre –murmuro mas para si mismo.
Se volvió y caminó hacia la puerta, pero al ir a salir alguien le grito:
–Vasiliy, ¿que te he dicho?
–¿Por que tengo que hacer yo de niñera?
Murmurando unos cuantos improperios mas, cerro la puerta dando un portazo. Se sentó en una silla que crujió bajo su peso y saco una pda del bolsillo, con la que se puso a trastear mientras se balanceaba sobre las dos patas traseras de la silla. Cada vez había mas claridad, estaba amaneciendo, y dejaba al descubierto una habitación sin mas mobiliario que el catre donde yacía el novato, la silla sobre la que estaba sentado el tal Vasiliy y una cómoda medio destartalada a la que le habían sustraído las manillas. La pintura de la pared casi había desaparecido por completo y en algunos sitios había humedades y moho. El suelo era un entarimado que se conservaba bastante bien, aunque hacia tiempo que había perdido su lustre.
Vladimir hechó un vistazo fugaz a su entorno, los rayos del sol ya entraban por la ventana e iluminaban el rostro del tipo que estaba sentado jugueteando con la pda, entonces se quedo horrorizado, por un momento pensó que se trataba de una quemadura, pero visto con mayor detenimiento aquello no era una quemadura, ese tipo tenia media cara cubierta de escamas como las de un reptil. Ahora que se fijaba, la mano que sujetaba la pda parecía una garra mas que una mano humana. El novato empezó a ponerse nervioso. “Oh dios mio, es un mutante, y el tipo con el que hablaba seguro que también lo es, ¡me van a comer!, todo el rato pensando que alguien me había salvado y en realidad me han secuestrado para cebarme y luego ¡comerme!, y yo que pensaba que aun quedaba gente honrada”, pensó el novato, en ese momento el reptiliano mutante bostezo, dejando entrever una hilera de dientes finos y puntiagudo. Soltando un alarido de terror, Vladimir rodó por el catre hasta caerse al suelo haciéndose daño en el brazo herido. Pero no fue el único, el medio lagarto, Vasiliy, que había estado desafiando a las leyes de la física sobre las dos patas de una silla medio carcomida, soltó también un alarido mientras se caía de espaldas y soltaba la pda, que volaba en dirección a la cabeza del causante de tanto alboroto. En un alarde de reflejos, la cogió al vuelo, pensando en usarla como arma arrojadiza. Vasiliy se levantó quejumbroso, farfullando blasfemias y se quedo mirando fijamente a Vladimir. Este agarraba firmemente la pda, dispuesto a lanzarla con todas sus fuerzas, pero en ese momento entró un tipo alto y ancho de espaldas, no parecía un mutante, aunque llevaba retazos de tela cubriéndole el ojo izquierdo. Vladimir supuso que ocultaba su anomalía. Se quedo mirando primero al novato y luego a su compañero.
–¿Se puede saber que has hecho esta vez? –preguntó el desconocido.
–¿Yo? Ha sido ese de ahí, se a puesto a gritar como loco, ¡joder, casi me da un infarto!
–Bueno, y que esperabas, te dije que te pusieras el pasamontañas, pero siempre haces lo que te da la gana –contesto encogiéndose de hombros
–mmmf yo no quería, me habéis obligado, además, quien tenia que estar aquí es ella, fue a ella a quien se le ocurrió la genial idea de traerlo hasta aquí. –protestó dando un pisotón en el suelo.
–pero no esta ahora mismo, bueno vete si quieres que ya me encargo yo –Volviéndose hacia Vladimir le dijo– tranquilo chaval, ya se a ido, venga dame esa pda.
Vladimir se había quedado paralizado, tardo 5 segundos en darse cuenta de que le estaba hablando a el, cuando hablo por primera vez tuvo a extraña sensación de que alguien lo hacia por el.
–¿N-no va-vais a comerme?
El tipo se quedo mirándole un rato largo –Vladimir cada vez estaba mas nervioso– sonrió un momento y le contesto:
–¿por que íbamos ha hacer eso? Puede que Vasya tenga un aspecto feroz y sea un gruñón, pero créeme, nuestros gustos culinarios no van por ahí.
Las facciones de Vladimir se relajaron un poco, aunque aun no las tenia todas consigo, ahora que las cosas se habían calmado un poco cada vez le dolía mas el brazo.
–Por cierto, me llamo Anatoliy –y mirando a la cama añadió– deberías acostarte, Yevgeniya no tardará en llegar con mas medicinas.
Dicho y hecho, estaba molido y el susto le había dejado aun mas cansado, cuando Anatoliy se fue, se quedo pensativo y de repente se dio cuenta:
–Ese emblema... oh dios ¡son miembros de Monolith!