Quinto relato, creo, en orden de publicación, de Nika. Empieza el jaleo




Dom Oct 26, 2008 3:54 pm

Hoy no los voy a someter a las tontas notas sobre mis días. Simpemente voy a advertirles que este relato esta basado, como su nombre lo indica, en algunos de los personajes que están en la partida de rol de Minkia. asique talvez tenga mas valor para los que están participando ahí, pero de todas formas espero que lo disfruten.

Minkia´s night

La noche se ha cerrado como un viejo ataúd, un manto de silencio cae cubriéndolo todo. Tres flacas paredes y un techo de una habitación en ruinas se han convertido en el refugio de un grupo de stalkers. Un grupo de historias desiguales peleando por una misma misión. Desde el centro resplandecen los rostros cansados bañados por el fulgor de un incandescente fuego. La oscuridad alrededor invita a internarse, tierra adentro, en lo más profundo del alma propia. Nadie habla, ni siquiera el grandote que ha venido amenazando a todos con sus decires militares, todo en pos de la supervivencia del grupo. Ráfagas de hielo los azotan de a ratos como recordándoles que toda la maldad de esta tierra sigue allí, y que no se ha olvidado de ninguno. La pequeña de cabellos rojos se acurruca contra una de las paredes, parece ser la que peor la está pasando. El caballero ingles se acerca a ella ofreciéndole su abrigo. Ella lo mira tratando de parecer fuerte y luego de unos segundos toma el abrigo, aquí no sobrevive quien aparenta ser fuerte sino quien realmente lo es. El grandote mira al ingles con algo de recelo, y luego pasea la mirada por cada uno de los demás como invitándolos a decir alguna estupidez y recibir uno de sus sermones. La otra mujer del grupo, está sentada mirando el fuego fijamente y sin parpadear, como si mentalmente estuviera practicando tiro al blanco con las chispas que huyen de esta pesadilla hacia el cielo. Ella es más fuerte que muchos en el grupo, aun con todas las desventajas de ser mujer en este lugar y está muy consciente de eso, jamás será un estorbo para el grupo como su compañera. Uno de los jóvenes rusos está sentado observando hacia la oscuridad que los rodea, sus ojos parecen lamentarse de algo, una pesadilla, un viejo error. De vez en cuando vuelve la mirada hacia el grupo tratando de lucir serio y verse más “rudo”, aunque los considera a todos como amigos. El otro ruso, aquel que se hace llamar “solitario”, mira el suelo, su mente ha viajado varios kilómetros de esta fogata, y vela sobre su familia que no la está pasando nada bien en su pequeño pueblo. Quien observe su mirada vera que cada tanto se ilumina con un brillo distinto al que puedan darle las llamas, aunque si es por un fuego, pero ese fuego se llama furia. El nuevo en el grupo está sentado, paseando entre sus dientes un trozo de salami como si fuera goma de mascar. í‰l esta tan lejos de su tierra como la pequeña de rasgos asiáticos, precisamente casi la misma distancia, aunque por motivos muy diferentes. Mira a la chica europea anhelando el contacto con una mujer, sabe que ella no es como las mujeres que ha conocido, pero mirarla es casi inevitable, aunque este fuera de alcance.

Por último se encuentra sentado sobre una vieja caja de madera aquel sujeto que en un principio todos creían tan siniestro como la oscuridad que los acecha, pero que ahora saben que es un tipo en quien se puede confiar ciegamente, aun a pesar de que ninguno ha visto su rostro. Está un poco mas retirado del fuego que los demás, por alguna razón prefieren el frio que acercarse demasiado. Las llamas danzan sobre la superficie brillante de su máscara. Los cristales delante de sus ojos parecen entrados al mismo averno. El alemán toma su guitarra, mira al grupo pensando en preguntar si no les molesta que toque alguna melodía. Pero todas las miradas están perdidas en otros parajes, el grandote, ha sacado su cuchillo y esta afilando un trozo de madera como si fuera a cazar vampiros, pero su mirada se ha perdido en el vacío también. El nuevo finalmente a juntado valor para acercarse a la europea, pero solo ha quedado en eso. Ella sigue en sus prácticas de tiro y él se ha perdido en su rostro, en su figura. La oscuridad continua siendo el refugio del joven ruso que no para de cargar y descargar su arma. Las llamas en los ojos del otro han dado lugar a la melancolía. El ingles ha rodeado con uno de sus brazos a la chica asiática, como si el fuego de su cabellera fuera más confortable que el otro fuego. Ella ha querido decirle que no hace falta, por no darle falsas esperanzas y pensando en que dirán los demás, pero se siente muy sola esta noche y ese abrazo le ayuda a viajar a otro lugar.

Las notas comienzan a fluir por el aire sin romper el silencio, más bien cubriéndolo suavemente. El alemán levanta su mirada para ver la reacción del grupo, a nadie parece molestarle su música. Comienza a tocar más enérgicamente pero si dejar de ser una melodía triste. Algunos en el grupo asienten levemente el oasis que proporciona aquella guitarra. Las notas grabes de a poco envuelven al grupo aislándolos del negro mundo a su alrededor. El grandote ha clavado su cuchillo en la tierra y tirado a las llamas la afilada estaca. Ahora se recuesta hacia atrás y deja perder su mirada en el techo. El nuevo, el argentino, habla por lo bajo con la chica europea, ella al principio solo contesta con monosílabos pero de a poco se va soltando. La Desert Eagle ha vuelvo a su funda y su dueño se ha olvidado de la oscuridad dejando aquel recuerdo doloroso en su cajón, sabiendo que volverá a sacarlo, pero con suerte no será esta noche. El ruso que miraba al suelo ahora mira como las manos del alemán dibujan las notas en el aire. La joven asiática recuesta su cabeza sobre el pecho del ingles diciéndole que no malinterprete esa situación, él le contesta que no se preocupe, que la entiende y no busca sacar nada de eso. Ella fija su mirada el alemán, tratando de descubrir el misterio detrás de los cristales. El ingles mira al grandote, pero a este parece ya no importarle que la este abrazando. Quizás ha entendido que no pasa nada entre ellos o simplemente la haya dejado pasar.

El aire ya no habla de maldad, la música ha callado su voz. Las manos del alemán se mueven agiles pero suavemente, como si acariciaran las cuerdas de la vieja guitarra. De repente su voz de matices metálicos se une a la melodía, a nadie parece disgustarle. La letra pertenece a esta tierra tanto como su triste melodía. Cuenta una historia como pocas en este lugar. Habla de un stalker, uno entre pocos que han transitado este lugar ayudando a los demás. Un guerrero solitario, que ha vivido mil tragedias hasta su tragedia final, un héroe que el mundo no recordara.

La joven asiática cierra sus ojos y deja caer una lágrima que rueda por sus mejillas con destellos naranjas sin ser vista por los demás. El ingles nota que la respiración de ella ha cambiado y adivinando los motivos tensa sus brazos un poco más. El grandote marca el ritmo con sus botas sobre la tierra, sus manos tocan una guitarra imaginaria. El argentino retira un mechón del rostro de su nueva compañera y ella lo mira a los ojos dándole a entender que por el momento ese es el único contacto físico que quiere, y luego sonríe. Las mejillas de él se tornan rojas pero se disimulan por la proximidad del fuego. El joven ruso de la desert ealge los observa tratando de contener una sonrisa, piensa que es increíble que en este lugar pueda sobrevivir algo similar al amor. El otro joven ruso se acerca al grandote para convidarle un trago de vodka, tratando de limar las asperezas que han surgido en los últimos días, el grandote acepta con gusto el vodka.

La voz grave del alemán se funde con la noche en una nueva canción, convirtiéndose casi en un murmullo. El cansancio se apodera de muchos, llevan días sin dormir. La joven asiática esta dentro de su bolsa de dormir, el ingles esta junto a ella pero permanece sentado recostado contra la pared, cubre su cuerpo con la bolsa de dormir sin meterse dentro.

El argentino y la chica europea se han metido en sus bolsas uno junto al otro y continúan hablando, de vez en cuanto ella sonríe, hace un esfuerzo por no salir de su coraza pero después de mucho tiempo alguien ha logrado hacerla olvidar de todo. El joven ruso también está dentro de su bolsa, ha dejado su arma junto a su cabeza y observa como las llamas juegan con la superficie metálica. El grandote y el ruso han prendido unos cigarrillos y casi terminado la botella de vodka, ríen por lo bajo contando bromas sobre Deber y Libertad. El alemán continua tocando la guitarra, ahora su canción habla de alguien que ha perdido a su amor, pero sigue sintiendo su presencia en todos lados, ahora las notas son, si es posible, más tristes aun. Tan tristes que el cielo ha comenzado a llorar. El viento empuja un fino roció a través de las ventanas. La joven del cabello rojo esta atrapada una vez más en aquel día donde fue traída a este lugar, aquel día donde perdió a la única persona que le quedaba en su vida. El ingles observa su rostro y entiende que está teniendo una pesadilla, pero sabe que ella necesita dormir y que si la despierta comenzara a llorar como la última vez y no volverá a dormir. Entonces cierra sus ojos y de a poco se pierde el también en la oscuridad de sus sueños. El joven ruso en la bolsa de dormir saca su mano y toca su desert Eagle antes de volver a revivir en sus sueños, como tantas noches, aquel error que lo ha atormentado durante años. La chica europea y el argentino se miran a los ojos y poco a poco cada uno se pierde en su propia mente pensando con algo de amargura en que tal vez eso ha sido todo lo que podía pasar esta noche y que mañana no quedara nada. El roció que se cuela por la ventana y golpea el rostro del grandote, pero parece no importarle, ha dormido en lugares mucho peores que este, y de todas formas no va a dormir aquí, esta vez le toca montar guardia. El ruso le pregunta si quiere que le haga compañía, pero le dice que mejor duerma, que no pasara nada esta noche, nadie anda por la noche con lluvia y los mutantes con la lluvia no podrán olfatearlos. El joven ruso le hace caso y antes de meterse en su bolsa toma el último trago que le queda a la botella. El alemán al ver que todos se han metido en sus bolsas deja de tocar, apoya su guitarra sobre una manta en el suelo y saca su bolsa de dormir. El grandote al ver que el alemán se une a los otros le pide la guitarra. El tipo de la máscara lo piensa por un segundo, esa guitarra es muy importante para él, el grandote vuelve a pedírsela un poco más enérgico pero sin perturbar el sueño de los demás. El alemán le suelta la guitarra, no porque le tenga miedo sino porque sabe que esa guitarra a veces puede ser la mejor compañía en una noche como esta. El grandote toma la guitarra, toca un par de cuerdas y mueve las clavijas. Una mueca de disgusto se esconde detrás de las mascara del alemán, sabe que el grandote no puede verlo pero aun así no dice nada, quiere tener una noche en paz.

Ahora una suave melodía llena la habitación, las pesadillas parecen haber vuelto a la oscuridad de la noche y todos duermen tranquilamente. Alguien mucho más grande vela por ellos esta noche, alguien con nombre de asesino pero que no dejara que la oscuridad los atrape, no esta noche.

Code veronika

A los del grupo del rol, perdón si me he tomado algunas libertades con sus personajes, sobre todo Armen y Eco. Perdón también a los que han entrado nuevos y que no he incuido en este relato, solo he incluido a Eco porque ya es un conocido para mi (muchas veces a ciertas horas parece que somos los únicos en el foro, ja) y calculo que Minkia lo pondrá en nuestro grupo en lugar de Logan (jota zombie). Tagu, Aleksander será la próxima. También espero que Vlad no se ponga celoso, es que últimamente Nika se ha acercado mas a Sykes pero no lo ha olvidado.. y por supuesto no me olvidado del responsable de todo esto, nuestro querido Minkia que no dejara que la oscuridad nos atrape,ja. Perdón si me he olvidado de alguien o si he cambiado la historia o personalidad de algún personaje, es que esto lo estaba escribiendo en mi compu y no tengo internet, yo me conecto con la notebook de mi padre y a veces no me deja usarla.

PD: para los que están enterados he recuperado mi moto!!! Es vieja pero aguanta

A partir de ahora, tendremos que hacer malabares para ordenar los escritos de unos y otros.

No te preocupes por eso, alpana. Sigue publicando los textos de Nika. Cuando llegues a Konstantin & Nikas epilogue, los textos que luego continúa Champy, podremos ubicarlos bien.