Este relato transcurre paralelo en el tiempo a Konstantin´s Night, no importa si se lee uno antes que el otro. Sí deben ambos leerse antes de Konstantin & Nika´s prologue


Nika’s Night

Nika, Irina, Vlad y Hoffman entran en los almacenes del ejército. El cielo se cubre totalmente, como si al fin algo superior en este lugar estuviera de su lado, o quizás solo es una metáfora de lo que se avecina. De todas maneras el grupo agradece el manto de oscuridad y avanza hacia su objetivo. A medida que se adentran en el territorio, comienzan a multiplicarse densas columnas de humo rojizo saliendo de la base de Libertad. Hoffman dirige la mira del rifle hacia el pequeño puesto que tienen los de Deber, ve a varios de ellos, pero pronto descubre que están todos muertos, incluso el veterano que se hacía llamar Carabera. Más allá, en la base de Libertad, aun parece haber movimiento, como si se estuvieran reorganizando, “a ellos también los han atacado” piensa el alemán “pero no pudieron ser los mismos, los habríamos cruzado”. Hoffman gira su cabeza y observa a Vlad.

- si, lo sé, esto es realmente grande-. Dice Vlad, adivinando la mirada del alemán detrás de la máscara. – Manténganse juntos, vamos hacia el pueblo, que esos idiotas de Libertad se las arreglen como puedan-.

Las nubes intermitentemente se vuelven más densas creando una cerrada noche. Aun cuando se vuelven menos densas, el entorno no es menos oscuro. El grupo llega al camino de tierra que lleva al pueblo, cuando de repente se oye un visceral gruñido, que inmediatamente se multiplica por tres. Las sombras se mueven rápidamente sobre ellos, Nika levanta sus dos B+T MP9 y vacía los cargadores sobre los tres perros, antes de que nadie del grupo haga un disparo.
El ruso la mira sorprendido.

- Excelente!, ¿de dónde ha salido eso? ¿Te lo tenías guardado para impresionarme, cariño? Igual la próxima vez trata de gastar menos municiones.

Nika no contesta, deja caer los cargadores vacios y los reemplaza por dos nuevos.

- bien! – Irina le da una suave palmada en el hombro.
- Gracias – dice ella y sonríe.

- basta de flores, muévanse – Vlad retoma camino y los demás lo siguen.

El aspecto del pueblo jamás le ha hecho tanto honor a su nombre, las viejas tablas de madera crujen ante el fantasmal roce del viento. El grupo entra en las primeras casas a la derecha, allí donde solían reunirse los Stalkers que se animaban a llegar hasta aquí. El olor a muerte inunda el lugar, Irina piensa que quizás el olor a muerte este inundando toda la zona. Siempre muere gente pero esto va más allá. Rápidamente divisan la fuente de olor en este lugar, los que solían reunirse aquí, ahora decoran el suelo como una bizarra alfombra de entrañas, carne y huesos. Nika pisa algo de consistencia desagradable y lanza un gritito, Vlad rápidamente dirige la luz de su arma hacia el suelo, a los pies de ella. Tiene el pie metido en la cabeza destrozada de un Stalker, cuando lo ve no puede aguantar y suelta el poco contenido de su estomago.

- perfecto!, otra vez la misma de siempre – Vlad continua alumbrando la cabeza, ahora cubierta de vomito. – linda obra de arte has hecho!-.

- ¿es que nunca vas a dejar de presionar a la gente?! -. Recrimina Irina al ruso y luego se acerca a Nika. – es un idiota, ¿estás bien? -.

Nika se limpia la boca con la manga de su chaqueta.
- estoy bien, me ha estado molestando el estomago desde hace rato y esto fue demasiado-. Responde.
Vlad mira a Hoffman que se ha quedado quieto mirando hacia el cielo.

- no me digas que tu también!, lo que me faltaba!- dice el grandote.

Hoffman también ha sufrido un pequeño ataque de nausea, pero no por pisar un cadáver sino por Nika, odia cuando la gente hace eso y ya lo ha visto demasiadas veces. Baja la mirada como si nada sucediera.

- esto es distinto, han sido los chupasangres, mira como están sus cabeza, ellos tienen la costumbre de…- dice Hoffman cuando es interrumpido por Vlad.

- No quieras darme una clase sobre las bestias de la Zona, alemán. Las conozco muy bien, y si, este ha sido trabajo de esos asquerosos. Varios de ellos, quizás más de diez-. El ruso toma de uno de sus bolsillos su PDA, en ella ha marcado la posición que saco del papel del cantinero. Veamos, según esto el escondite es en la última casa a la izquierda. Apaguen las luces de sus armas y vamos.

El grupo se mueve lentamente hacia la siguiente casa, el ruso pone todo su esfuerzo en tratar de hacer sus pasos lo más livianos posibles, pero jamás estará a la altura de las mujeres, ellas son como sombras, tan invisibles en este momento como los chupasangres que habitan este lugar. En realidad no le preocupa tener que vérselas con las bestias,pero de ninguna manera pondrá en peligro a nadie.

Efectivamente son Irina y Nika las primeras en llegar a la próxima casa, ambas se apoyan contra una de las paredes y comienza a desplazarse, Hoffman llega detrás de ellas y al verlas avanzar toma a Nika del brazo y en voz baja le pide que se detenga, Nika hace lo mismo con Irina. Hoffman pasa delante de ella y se asoma hacia la siguiente casa observando todo como un lince. Vlad finalmente llega detras.

- ¿Qué creen que hacen?! – dice en voz baja al pasar junto a las mujeres, se coloca detrás de Hoffman y también se asoma. – ¿ves algo alemán?-.

- Nada, pero eso no quiere decir que no estén ahí - contesta.

- Yo tampoco veo nada -. Dice el grandote, que lleva puesto su aparato de visión nocturna. – pero esas mierdas son difíciles de ver incluso con estos trastos -. Vamos, hay que seguir-. Mira a las mujeres. – esta vez se quedan detrás de mi, ¿entendido?.

Todos se mueven como uno solo hacia la próxima casa, en el portal hay otro stalker, esta sentado contra la pared, como si solo estuviera descansando un rato, pero de su cabeza solo queda la mitad, si alguna vez tuvo cerebro ya no lo tiene y sus entrañas están desparramadas entre sus piernas. Nika agradece no llevar un aparato de visión nocturna, nunca le ha gustado como se ven las cosas a través de esas cosas. Cerca de la mano del stalker hay un Bulldog con varias granadas desparramadas. Vlad se ve tentado por el arma, pero en realidad no le hace falta asique solo recoge algunas granadas. Los demás no le dan importancia al arma, no es su tipo.

Siguen camino, antes de cruzar la pequeña calle que separa las hileras de casa, Vlad detiene al grupo.

- alemán, toma posición en la torre, no quiero q nadie nos sorprenda. Las bestias parecen haberse ido, pero nunca se sabe -.

Hoffman mira hacia la torre, luego al grupo, hace una seña y comienza a moverse.

Vlad y las mujeres caminan sigilosamente hacia la casa. Entran en fila, Vlad primero, luego Nika y detrás Irina apuntando hacia el exterior por las dudas. El ruso vuelve a sacar su PDA para ver la posición.

Hoffman llega a lo alto de la torre, y vuelve a encontrar un cadáver, le falta un gran trozo de cabeza, el alemán reconoce la herida. “un tirador” piensa. Pasa sobre el tipo y para su sorpresa junto a él, en suelo, hay un HK PSG 1 modificado. Deja su Barrett a un costado, el Hk es menos pesado y tiene mejor cadencia por si aparecen los chupasangre, además no puede negarse al fino acero alemán. Vuelve a montarlo sobre su soporte, el rifle lleva una potente mira infrarroja, observa a través, pero en el pueblo no hay nada que emita calor más allá de sus compañeros.

Vlad enciende su linterna y saca el papel del cantinero, lo mira y vuelve a observar el mapa en la PDA para asegurarse de que marco bien el punto.

- si, es acá. Tiene que haber algún sótano o algo. – dice vlad justo en el momento en que Nika da un paso y el suelo suena diferente. El ruso apunta la luz hacia los pies de ella. – vuelve a golpear el suelo -. Le dice y Nika da un golpe, el grandote da un golpe también para asegurarse de que suena distinto y efectivamente así es.
Vlad camina hacia donde esta Nika, se agacha golpea con su mano y comienza a correr la tierra. La tapa tiene un cerrojo que parece bastante fuerte.

- ¿Cuál de las dos quiere sentirse útil?-. Dice el grandote.

- más vale que la cortes con esos comentarios-. Dice Irina mientras se agacha y saca una ganzúa. El cerrojo solo resiste un par de segundos.

Vlad clava su cuchillo en la tapa y lo usa como manija para abrirla, una nube de plovo se eleva. La tapa comunica a una escalera, que a su vez da a una puerta vertical.

- alemán, vamos bajo tierra, mantén los ojos bien abiertos -. Dice vlad mientras comienza a bajar los escalones lentamente.- ustedes quédeseme ahí-. Les dice a Nika e Irina-.

El grandote apaga la linterna y mueve la puerta, la oscuridad dentro del sótano es casi solida. Permanece unos instantes oyendo, para asegurarse de que no hay nadie agazapado dentro.

Vuelve a encender la linterna y entra, la puerta da a una pequeña habitación con las paredes de tierra. El ruso busca señales de trampas, pero todo parece normal. La habitación tiene una apertura hacia otra habitación. La luz recorre todo el lugar pero no encuentra nada más que una mesa de madera, algunas sillas y un colchón, hasta que ve sobre una pared una hoja clavada contra la tierra. El ruso arranca la hoja y la lee.

“movimos el quipo hasta el momento de la reunión, no podemos confiar en que los chupasangre mantengan a los intrusos alejados y sería muy peligroso que alguien encontrara esto. Nadie abrirá esta caja antes de la reunión. G.V.”

- Cabronazos!

En esa misma pared hay un túnel, “el camino” del cual hablaba la nota, la luz de la linterna se pierde en la oscuridad, son varios metros de túnel hasta las afueras del pueblo perdido.

Vlad vuelve a la superficie.

- se llevaron lo que guardaba, hasta el momento de la reunión, es dentro de sies horas, podríamos irnos y volver pero como están las cosas no sabemos si podremos volver, además alguien podría venir antes. Abajo hay un túnel que es seguramente por donde llegaran. Es mejor pasar la noche aquí además podremos descansar un poco, si los demás nos necesitan avisaran. Hay que esperar adentro, pero si alguien llega por esta entrada notaran que ya hemos entrado, Nika entra al sótano, Irina ve con el alemán, cuando entremos vuelve a cubrir de tierra la tapa y a trabar el cerrojo. Por las buenas o por las malas podremos abrirla de adentro es necesario.
Nika está parada mirando la oscuridad al final de la escalera.

- No te preocupes cariño, Vlad está aquí para protegerte – dice el ruso a Nika. Luego hablando por la PDA. – alemán, Irina va hacia tu posición-.

Ambos bajan, Irina cierra la puerta, vuelve a trabar el cerrojo y cubre todo con tierra.

- ¿Por qué te envió?-. Dice el alemán al ver subir Irina a la torre.

- vamos a pasar la noche acá -. Dice Irina y comienza a contarle todo a Hoffman.

Vlad saca una botella de vodka y también comienza a contarle historias a Nika, muchas de ella verdaderas pero siempre exageradas. Ambos están en el primer cuarto.

Pasan tres horas y vlad ya no sabe que mas decir, Nika prácticamente no ha abierto la boca. El ruso lleva días sin dormir, el denso aire bajo tierra, la oscuridad, el silencio de ella y el alcohol, lo están venciendo.

- Cariño, ¿te importa si doy una cabezadita unos minutos? Solo unos minutos para ajustar mis reflejos. Tú vigila el túnel, tiene lámparas, imagino que las encenderán desde el otro lado cuando vengan-. Antes de que Nika pueda contestar Vlad está apoyado contra la pared con sus ojos cerrados. Unos segundos más y el ruso parece un motor V8 en un baño.

Nika se levanta, toma un banco y se acomoda mirando el túnel.

En la torre Irina descansa contra una pared, pensando en alguien a quien busca hace tiempo, el dueño de la insignia de Deber en su mochila. Hoffman escanea el lugar con su vista.

Los minutos se vuelven horas, Vlad ha dejado de roncar hace rato. La monótona visón del túnel y el absoluto silencio están adormeciendo a Nika también.

- ¿aburrida? – la grabe voz sobresalta a Nika. Vlad se acerca a ella mientras toma un trago de vodka. – Estos momentos son los peores – el ruso le pasa la botella mirando hacia el túnel. Nika no quiere tomarla pero el deja su mano suspendida en el aire. – Podría dormir rodeado de aullidos de esos malditos chucos, pero el silencio…- Nika finalmente toma la botella y la sostiene con ambas manos entre sus piernas. - …el silencio es lo peor, es como si esos malditos mutantes estuvieran planeando algo -. Vlad estira su mano hacia ella y ella le pasa la botella. – como si la misma zona estuviera pensando como deshacerse de nosotros. – continua Vlad, la botella vuelve hacia Nika y nuevamente sobre la silla entre sus piernas, ella piensa en que nunca ha escuchado a Vlad hacer ningún tipo de reflexión sobre nada que no fueran tácticas de combate.- o quizás está tratando de crecer…- la mano del grandote vuelve hacia Nika y esta le pasa la botella.- O tal vez sea que la maldad también debe reponer energías de vez en cuando-. Como un péndulo la botella regresa a Nika y antes de que ella vuelva a colocarla entre sus piernas.- si solo la quieres para eso, tengo algo mucho mejor -. El grandote suelta una risa, sin dejar de mirar hacia el túnel.- no me vas a dejar beber solo, ¿verdad? -. Nika mira la botella, solo ha bebido una vez desde que llego a la Zona y no le fue nada bien, además sabe que por su enfermedad no puede abusar del alcohol, pero de todas maneras levanta la botella, toma un trago e inmediatamente comienza a toser. Vlad sonríe. – ese el verdadero vodka, cariño – ella le pasa la botella, pero él no la toma. – vamos, eso no fue un verdadero trago, sostén la respiración y déjalo entrar, la primera vez puede doler pero pronto le tomaras el gusto-. Nika lo mira sin ganas de volver a quemarse la garganta. –vamos, en algún momento tienes que dejar de ser una niña, ¿no?-. Vlad empuja la botella hacia ella, Nika vuelve a levantarla y toma un trago más profundo, que no solo incendia su garganta sino que le suelta una patada al cerebro.

Ambos continúan hablando, mirando “el camino”, hasta que la botella esta vacía.

Nika ,a pesar del alcohol inundando su sistema nervioso, comienza a tiritar por el frio.

- nunca vas a acostumbrarte a nuestro clima, ¿eh?-. Le dice Vlad mientras se coloca detrás de ella abrazándola. Nika intenta decirle que no, pero la comunicación entre su cerebro y su cuerpo está en una zona fuera de servicio. Pasan algunos minutos sin decir nada, hasta que Vlad ve los ojos de ella algo vidriosos y no precisamente por el alcohol.

- ¿pasa algo, hermosa? -. Pregunta.

- solo estaba pensando en alguien -. Responde.

- espero que no en algún hispano que hayas dejado en tus tierras…ni en ningún ingles de estas tierras- dice él sonriendo.

- mi hermana…pensaba en mi hermana, les conté a algunos que sigo en la Zona para encontrar a una amiga, pero en realidad es mi hermana. Ha pasado tanto tiempo, y con las cosas que he visto, cada día tengo menos esperanzas.- una lagrima cae por su mejilla hasta dar en una de las manos del ruso.

Vlad se queda unos segundos en silencio, sabe que Nika tiene razón, incluso si su hermana sigue viva ya no debe quedar nada de cómo la conocía antes de la Zona.

El grandote tensa los músculos abrazando fuerte a la pequeña y ella responde aferrándose a los brazos de él.
- No te preocupes, la encontraremos -. Miente Vlad
- Gracias Vlad – dice Nika mientras seca sus lágrimas.
Vlad la toma por los hombros y la gira hacia el suavemente. Solo pretendía decirle que podía contar con él, pero cuando el aliento de ella golpea su rostro, algo se despierta, algo que lleva demasiado tiempo sin sentir el olor de la piel de una mujer, algo que ahora toma el control. Sin decir nada toma la cabeza de ella y la besa presionando muy fuerte. Nika se sorprende, pero se deja llevar, el alcohol y su corazón le han quitado sus fuerzas, esta noche necesita olvidarse del lugar donde está.

La mano del ruso comienza a abrir el cierre de su chaleco, dejándolo caer, luego su chaqueta y finalmente sus manos comienzan a subir por dentro de su camiseta, la Zona comienza a desvanecerse y solo quedan ellos dos. Nika levanta sus brazos y la camiseta cae al suelo, las manos de Vlad recorren su suave piel. Sin dejar de besarla la dirige hasta el viejo colchón que descansa en el rincón de la habitación sobre unas precarias tablas de madera. Una pequeña nube de tierra se eleva al recostarse los cuerpos, ella abajo, él arriba. Sus labios presionan como si una emisión estuviera por arrasar el mundo entero. Vlad se quita su chaqueta también y comienza a besar todo su cuerpo. Una de las manos del ruso comienza a bajar, llega hasta la cremallera del pantalón de ella y es interrumpida por una de las manos de Nika.

- No – dice suavemente, aun con los labios de el presionando sobre su boca.

Vlad simplemente la calla con su propia boca e intenta continuar, pero ella presiona aun mas fuerte su mano y trata de volver a decirle que no.

El ruso zafa su mano y agarra a NIka por la muñeca llevando su brazo hacia arriba, hace lo mismo con la otra mano y finalmente toma sus dos muñecas con una sola mano. Con la mano libre vuelve sobre su objetivo. Nika comienza forcejear enérgicamente, Vlad siente los dientes de ella apunto de morder su labio, rápidamente retira su cabeza y tapa la boca de Nika con su mano. Ella comienza a patear su espalda, pero para un tipo que no sabe de dolor esos golpes no son nada. Los sonidos de la garganta de Nika escapan aun con la mano del ruso tapando su boca. La cremallera finalmente se abre y vlad comienza a tirar de sus pantalones.

De pronto la puerta de la habitación se abre de un golpe.

- ¿Qué mierda?!!,- grita Irina al verlos.- ¿Qué diablos hace maldito?- de repente el recuerdo de su secuestro viene a su mente. –quita tus manos de ella!-. le grita mientras apoya el frio caño de su pistola sobre la sien del ruso.

Vlad mira a Irina a los ojos como un animal salvaje que ha sido interrumpido mientras se alimenta.
Irina se sorprende al ver sus ojos, pero no deja que él lo note.- No creas q no voy a disparar, este lugar ya es una mierda como para que también tengamos que cuidarnos de nosotros mismos.

Los ojos de Vlad lentamente vuelven a la normalidad, aun tiene su mano presionando sobre la boca de Nika. Gira su cabeza hacia ella y retira su mano como alguien que ha tocado un hierro incandescente. Nika libera sus manos y empuja a Vlad, con el peso de él ni siquiera lo habría movido, pero él se retira y ella se abraza a Irina llorando.

- eres un maldito imbécil, maldito desgraciado! – dice Irina mientras guarda su pistola y abraza a Nika que hunde su rostro sobre ella. – le debes la vida, ¿recuerdas?-.

- lo siento – la voz de Vlad solo suena en su propia mente.

- Hoffman está arriba, hay que salir de este lugar-. Le dice Irina a Vlad. Le habría disparado sin pensarlo, pero lo necesitan.

El ruso la mira tratando de encontrar las palabras, pero su orgullo se lo impide y sale sin decir nada.
Hoffman está parado en el portal de la casa vigilando, Vlad se acerca a él.

- Hay que moverse rojo, un grupo que se dirigía hacia acá fue interceptado por un Helicoptero, tratamos de avisarte, pero al parecer interrumpieron las comunicaciones, aun están caídas. Fue una masacre, no sé si Lukash o algún otro jefe estaría en ese grupo pero estoy seguro de que no quedo nadie vivo, el Helicóptero se dirigió hacia el sur. -. Dice Hoffman sin dejar de mirar hacia fuera.

- ¿fue Deber?! O los militares?! – pregunta Vlad
- Nadie que conozca, el helicóptero llevaba una insignia que jamás he visto, una especie de paraguas rojo y blanco, hasta donde pude ver aterrizaron en Rostok, si nos apresuramos podemos saber quiénes son, ¿sabes conducir un helicóptero o tendremos que dejar vivo al piloto?.

Irina espera hasta que Nika se desahogue en su pecho, luego se agacha y toma su camiseta del suelo. Nika estira los brazos como si fuera una niña, Irina siente aun más odio por el Animal mientras le ayuda a vestirse.

- sé que es una pregunta estúpida, pero ¿estás bien?, tenemos que salir de acá rápido. Necesitamos al Animal pero te juro que va a pagar por esto. – dice Irina.
Nika la abraza nuevamente, por más que le duela no quiere venganza contra Vlad. Este lugar tarde o temprano termina afectando la mente de todos y si no estuvieran acá sabe que eso habría terminado de otra manera. Vuelve a secar sus lagrimas y mira a Irina a los ojos, son los únicos ojos que le reflejan algo de tranquilidad.

- ya estoy bien, gracias, vamos-. dice mientras se coloca la capucha para cubrirse el rostro.

Las mujeres salen del sotano, Vlad como si no hubiese pasado nada vuelve a dar órdenes.

- Vamos, si aterrizaron ahí no creo que vayan a estar mucho tiempo -.

Irina no puede evitar la furia en su rostro, el alemán la observa sin entender, aunque se imagina que debe ser por algo que dijo o hiso el ruso. Luego ve a Nika que lleva la capucha y parte de su cabello cubriendo su rostro, y entiende que algo ha salido mal entre ellos, pero ahora no hay tiempo para eso, ya se enterara si es algo que importe. Sale detrás de Vlad y las mujeres siguen detrás de él.

Los cuatro cruzan el pueblo corriendo, ya saben que no hay chupasangres ahí, el alemán ha visto a muchos de ellos correr en dirección a la base de Libertad. Llegan a la intercepción que une con el camino que lleva a Rostok, los cadáveres de los perros ciegos son los únicos testigos de sus pasos. Terribles alaridos llegan desde la base de Libertad y más allá, donde tienen el puesto en la entrada al bosque rojo, los gritos de los hombres y sus armas son opacados por las bestias, bestias de todo tipo.
Irina mira a Nika, parece ni siquiera mirar donde pisa, corre como escapando de sí misma.

Llegan a la entrada de Rostok sin problemas. Vlad estira el brazo hacia atrás para detenerlos. A lo lejos se oye el motor del helicóptero en marcha.

- bien, aun están aquí pero parece que no por mucho -. Habla sin mirar hacia atrás, para no dejar de vigilar el frente, o quizás solo por no ver el rostro de Nika. – debemos estar enfocados, esto tiene que ser rápido y silencioso, hay que llegar al helicóptero, capturar al piloto e ir por los demás en Yantar, si es que aun están ahí.

Entran sigilosamente, siguen derecho hasta la entrada del territorio salvaje, no encuentran más q los mismos cadáveres que vieron antes, “parecen menos” piensa el alemán pero rápidamente descarta ese pensamiento “imposible”. El grupo gira a la izquierda y se encuentran con algo nuevo, un enorme tubo de acero de unos tres metros y medio o quizás cuatro metros de alto, ya que está bastante enterrado en el suelo, como si lo hubiesen soltado desde lo alto. Tiene al menos un metro y medio de diámetro, en su superficie solo lleva un símbolo rojo que todos conocen muy bien.

- sus mascaras, colóquense sus mascaras-. Ordena inmediatamente Vlad.

El grupo obedece al instante, excepto el alemán que jamás se la ha quitado.

- armas biológicas, malditos cabrones, como si toda la mierda que hay en el aire no fuera suficiente, ya no aguanto las ganas de conocerlos, vamos muevan…-. De repente la puerta del tubo vuela lanzando a Vlad contra una pared, el impacto le fractura dos costillas. Una densa niebla comienza a salir del contenedor metálico.
Vlad comienza a incorporarse lentamente, nadie le ayuda en este momento, todos observan como la niebla salida del tubo se disipa en el aire, “¿eso es todo?” piensa el alemán, cuando desde el interior del contenedor resuena un gruñido mucho más grave que cualquier bestia que hayan oído. Algo se asoma lentamente, Vlad ya está de pie tomándose el costado derecho de su tórax. Enormes cuchillas, de unos cincuenta centímetros, salen al exterior y se aferrar al borde del contenedor, lentamente se asoma una cabeza deforme llena de dientes, aunque parece una cabeza humana. Nika levanta sus armas y comienza a disparar, la mayoría de los impactos solo producen chispas sobre la superficie metálica del contenedor, la bestia recibe algunos impacto pero solo reacciona gruñendo, parece aun estar congelada o algo así, sus movimientos son muy lentos.

- corran!-. dice Vlad. - Necesitamos ese helicóptero!.
Todos parecen tan congelados, como la bestia, al verla salir completamente. Es más alta aun que el contenedor, es totalmente grotesca, como si fuese una especie de Frankestein armado con diferentes partes, sus brazos son extremadamente largos, tiene un aspecto delgado pero muy musculoso, su piel parece la de un chupasangre, y sus ojos, sus ojos parecen humanos. La criatura flexiona sus articulaciones lentamente, como tratando de descongelarse y Vlad intenta descongelar a sus compañeros con otro grito:

- CORRAN, MIERDA!!! -. Inmediatamente arroja tres granadas a los pies de la bestia. Todos comienzan a correr. La bestia sigue las granadas con la vista, sus músculos aun no tienen reacción para escapar. El grupo gira a la izquierda y sigue corriendo. Se oye una gran explosión, el contenedor de acero vuela unos metros en el aire.

El grupo se dirige aprisa hacia el cuartel de Deber, “¿se han llevado más cadáveres?” piensa Hoffman al ver menos cuerpos en el piso de los que había antes “Que locura!”. En ese momento doblan hacia la derecha y la respuesta a la pregunta del alemán toma forma en los cuerpos de decenas de zombies frente a ellos. Todos levantan sus armas y comienzan a disparar, los zombies también llevan armas y responden al fuego.

Vlad, Irina y Nika corren hacia el cuartel de Deber. Hoffman se ve obligado a retroceder. Más zombies aparecen a espaldas del alemán que comienza a disparar, pero un HK PSG 1 no es la mejor arma para la ocasión. Deja caer el rifle y saca sus dos pistolas HK 45. Cada disparo da en una cabeza, pronto los cargadores están vacios y los zombies aun avanzan. Un disparo de pistola da en la cabeza del alemán que deja caer uno de los cargadores que estaba por reponer. La máscara le salva la vida pero igual recibe un gran impacto. Antes de que pueda reponerse otro disparo, esta vez de un Ak, da en su vientre. Hoffman vuelve a cargar las dos pistolas y comienza a disparar, su puntería no se ve afectada por sus heridas, un disparo, una cabeza abierta. Si poder correr con los demás, el alemán, corre hacia el interior de uno de los edificios. La oscuridad oculta que ahí dentro los zombies no son menos que afuera. Los destellos de los disparos resplandecen en el edificio, y el alemán vuelve a sentir el plomo abriendo su carne.

Vlad, Irina y Nika disparan, espalda con espalda, contra los zombies que los rodean. Al sur, sobre el sector de las mujeres, las criaturas son menos y estas pronto limpian el camino.

- Vamos! -. Grita Irina.

En el momento en que todos comienza a correr, un ráfaga impacta sobre las piernas de Vlad que cae inmediatamente.
El grandote intenta incorporarse, pero sus piernas tienen demasiados impactos.

Irina comienza a disparar contra los zombies, Nika deja caer sus B+T MP9 y corre hacia Vlad. Lo toma de su chaleco y comienza a tirar hacia atrás.

- Irina ayudame! -. Grita Nika al ver que no puede mover el cuerpo del ruso rápidamente.

Irina continua disparando, “no puedo creer que aun quiera salvarlo” piensa. Esta por gritarle que lo deje, pero en lugar de eso toma una granada y la arroja hacia las criaturas.

La explosión dispersa a los zombies, Irina corre, cuelga su VLA de su hombro y comienza a tirar de Vlad junto Nika. Solo logran arrastrarlo un par de metros cuando los zombies vuelven a disparar. Vlad dispara desde el suelo.
- Vayanse! – grita.

- No vamos a dejarte! -. Grita Nika.

- Maldita sea! Estúpida Japonesa, ¿no entiendes el ruso o te quedaste con ganas en el sótano?. Déjenme no las necesito!.- No quería decir esas cosas pero sabe que van a morir si continua arrastrándolo.

Irina, al oír sus palabras, inmediatamente suelta su cuerpo y empuja a Nika.

- Vamos! No lo merece -.

Nika no sabe qué decir, mientras Irina tira de ella hacia el edificio desde donde proviene el sonido del helicóptero.

Vlad toma cinco granadas y las arroja a las criaturas. Los cuerpos despedazados vuelan por los aires. Varios trozos caen junto a él, que comienza a arrastrase hacia la puerta de uno de los edificios.

Nika e Irina llegan hasta la oxidada escalera de mano que lleva a la asotea del edificio, creyendo que lo han logrado, pero al tomar Nika la escalera, un pelotón de zombies dispara contra ella como si fuera un fusilamiento.

"cuando no haya mas lugar en el infierno, los muertos caminaran por la tiera" suena en la cabeza de Nika.



Code Nika

Solo una frase

Vlad sonríe. – ese el verdadero vodka, cariño –

...salu222...

Let The Bodies It The Floor