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TEMA: PDA de un Stalker; Antesala.

PDA de un Stalker; Antesala. 28 Abr 2011 16:30 #5967

PDA de un Stalker; Antesala.


Llevaba esperando tres días ya, esperando el momento indicado, no podía cometer errores, había planeado todo desde hacia meses cuando subió a un extraño a su camión y éste le contó sobre “La Zona”, un lugar donde cualquiera podía forjarse una fortuna al instante si se era lo suficientemente osado….., ¡JE!, ¿cómo creer en un lugar así en pleno siglo 21?. Notó por la periferia de su visión que se acercaba otro vehiculo por la carretera, se llevo los binoculares al rostro para examinar que era lo que venia, no, todavía no, tendría que esperar un poco mas.

El asunto había picado su curiosidad, ¿objetos con poderes misteriosos que valen fortunas?, ¿animales depredadores gigantes?, ¿lugares que desafían las leyes físicas y naturales?, por favor, ¿cómo creer en esas patrañas?....., pero extrañamente la zona de exclusión había quedado muda desde abril del 06, cero documentales sobre Chernobyl, cero reportajes, ni siquiera se sabía sobre los trabajos que requería el sarcófago para garantizar la seguridad del área, todo era muy extraño. Miro el reloj y volvió a llevarse los binoculares al rostro, esta vez en dirección al punto de control, se estaba llevando a cabo el cambio de guardia.

A partir de ahí, se había dedicado a investigar el tema, por pura curiosidad, ¡no era que se creyera todo ese asunto!, pero como dicen, todo rumor tiene su fuente en una verdad, y la verdad la encontró en un articulo médico, como quien dice “a pie de página”, un articulo al que nadie pareció prestarle importancia, hablaba de un ¿elemento?, que había adquirido propiedades especiales de manera artificial, con el que se podía extraer la radiación residual que absorbe el cuerpo, en pacientes sometidos a radioterapias, estos “artefactos” eran raros de encontrar y muy apreciados por los científicos que estaban deseosos de conseguir mas muestras de dichos objetos, así como cualquier otro parecido para realizar estudios en ellos. Indagando a fondo en esta única pista, pues era extraño que todo el asunto no fuera de mayor notoriedad, como si a alguien no le conviniera que se supiera, encontró otro dato, los “artefactos” procedían de un lugar al que simplemente se referían como “La Zona”.

Vigilaba de nuevo la carretero cuando lo avisto, un viejo camión militar, tenia un obvio problema en el filtro, cuidado si éste no se había extendido hacia la bomba he inyectores, ya que venía soltando una fea nube de humo negro por el escape, era uno de esos viejos 375, viejos pero todavía en servicio. Así pues, comenzó ha avanzar hacia el cordón, no podía retrasarlo mas, ya había estudiado la vía segura para acercarse al camino sin hacer notar su presencia, y reunido la determinación mientras esperaba a su presa, el Ural en cuestión.

El camión tenía poco tiempo de haberse detenido, cuando llego a escasos tres metros de este, oculto tras la arboleda y los altos matorrales que adornaban los bordes del camino, el sol caía cuando los militares terminaron de inspeccionar el 375, como siempre, dos atrás, uno al lado de la portezuela del conductor, y otro en la barricada. Apretó con una mano y contra su pierna la A5 recortada, y con la otra el Gebrüder Merkel del 35 que llevaba colgado al hombro y junto a la mochila para que no produjeran ruido debido al movimiento, y se preparo. El militar junto al conductor voltea a ordenar el retiro de la barricada, el de la barricada retira la vista del camión para proceder a darle paso, los de atrás se retiran hacia delante del Ural por los costados de éste y así evitar la nube de humo que esta por vomitar el escape.

El ruido del motor puesto en marcha ahogo el sonido de los arbustos chocando contra sus piernas, una breve carrera y estuvo dentro del camión, esperaba que el movimiento que produjo en la lona al entrar no lo hubiera delatado, solo una mirada posada en el retrovisor había sido testigo de la sombra que salio se los matorrales en dirección a la parte trasera del 375 mientras reanudaba el movimiento. Ya dentro, y quieto como un ratón de granero, reflexionó sobre lo que estaba haciendo, no pudo reprimir una pequeña sonrisa, pues era gracioso, toda la vida había buscado sustento manejando un camión, recorría las vías entre Chernovtsi, Lvov, Zhitomir y Rovne, en su 5320, ahora, buscaba fortuna como carga.

Lo sacaron de sus pensamientos unos golpes en la ventanilla trasera de la cabina, se quito la mochila y el rifle acudiendo al llamado del chofer que le hacia señas para que se acercara, entre el ruido del motor y el vidrio que los separaba logró escuchar lo que le decía el conductor.

- ¡Como ya le dije, el pasaje es solo de ida, si se arrepiente tendrá que salir por su cuenta, deberá prepararse para saltar cuando le diga, no puedo detenerme a dejarlo, el menor retrazo entre los controles me puede traer problemas!.

Se separo del vidrio y asintió, el conductor lo observo por el retrovisor mientras se ponía cómodo entre toda la carga, puso el bolso en sus piernas y tomo el rifle para examinarlo una vez mas, en realidad se preguntaba si tendría el valor de usarlo, ya que el extraño le había hablado, entre otras cosas, que no solo se tendría que cuidar de los monstruos de La Zona, sino de males mas antiguos, como lo eran los bandidos, gente sin escrúpulos que se dedicaban a traficar, saquear y robar a los habitantes.

El arma que tenía en las manos era una rara pieza, digna de colección, un rifle de cañón superpuesto Gebrüder Merkel de 1935, se cargaba de manera manual y era de calibre 7x57R, poseía una mira telescópica Carl Zeiss, que constaba de un telescopio con retícula de tres postes que se fijaba al cuerpo del arma mediante unas monturas integrales de garra. Era un arma soberbia, capaz de agrupar disparos alternando los cañones en un radio 38mm a 100mts de distancia o más, el guardamano a cuatro cuartos era inusual, y el cañón no sobresalía ni un centímetro de éste, dándole un aspecto compacto y corto frente a otros rifles.

Su abuelo había obtenido el arma como botín de guerra cuando entro en Berlín junto con todo el Ejercito Rojo, después que conquistaron la ciudad, algunos soldados se habían dedicado al saqueo, algunos a cosas peores. De pequeño, el abuelo le contaba como la sacó del mismísimo bunker de Hitler, pero ya mayor su padre le confeso que la robó de casa de un oficial Alemán. Su otra acompañante era una escopeta automática Browning de 1900, de fabricación Belga y calibre 12, la había comprado en una casa de empeño cuando buscaba lo necesario para su “incursión”, estaba indeciso entre una pistola TT-33 de 9mm y la Browning, pero al final se decidió por la última, ya que era relativamente mas barata que la pistola, daba mayor poder de detención a corta distancia (que era lo que en realidad buscaba), y mas efectiva contra casi cualquier animal que se pudiera encontrar, como último toque, la recorto, la culata a escasos 5mm del perno, y el cañón lo suficientemente cerca del guardamanos como para que todavía se le pudiera instalar el compensador Cutts.

Estos pensamientos le tranquilizaron un poco los nervios que produce dirigirse a lo desconocido justo a tiempo para escuchar la señal del conductor, éste redujo un poco la velocidad, ya era hora. Se colgó el rifle en el hombro, tomo la mochila y se preparo, dudo solo un momento, dejo caer el bolso, y luego salio del 375 apoyando los pies en la defensa, de espaldas a la carretera, se dejo caer de esta manera para estar de frente y así contrarrestar la inercia, pero de igual modo termino de bruces en el asfalto. Había evitado que el rifle se golpeara inclinando el cuerpo para caer con el lado contrario cuando perdió el equilibrio, aterrizando de costado. Se sentó a contemplar el camión que ya desaparecía en la oscuridad, le dolían las costillas, también se golpeó el brazo, reprimió el dolor mientras lograba incorporarse, pero se agacho de nuevo al sentir el punzón de castigo que le había propinado el pavimento al estirar los músculos después del fuerte golpe.

Al cabo de unos segundos volvió a intentar levantarse, soportando el dolor y buscando la linterna en los bolsillos del chaleco táctico, alumbró el camino mientras desandaba lo recorrido por el camión en busca de su mochila, había caído unos poco mas de diez metros atrás de él. Hizo un breve chequeo de las cosas para asegurarse que estuvieran bien, se lo llevo a la espalda y saco la brújula de otro de los bolsillos del chaleco para determinar hacia donde debía dirigirse. En el bar donde conoció y negoció con chofer que sería su boleto de entrada, éste le hablo de un campamento no lejos de donde lo dejaría.

Solo en la oscuridad, sus dudas sobre la empresa que estaba a punto de empezar retomaron la ofensiva, pero armado con el amor que sentía por su hijo logró repeler a los asaltantes haciendo que se ocultasen en sus trincheras. Recordaba el dolor de su separación todos los días, su esposa los había separado cuando tomando al niño de la mano, lo dejo, prometió que volvería, que solo sería un tiempo mientras él conseguía trabajo, que no quería ser un estorbo viendo como sus padres los mantenían a los tres, prometió que volvería…..

Recordaba el pesar de la ausencia de su hijo, ambos eran apegados el uno del otro, era una pena muy distinta a la que sentía su cuerpo en ese momento, aquel era una aflicción que se alojaba en lo mas profundo de su ser y que se negaba a dejarlo. Se quedo así por un rato, reflexionando de pie en el camino, con la mirada perdida.

Miró a su alrededor, el camino, rural, carecía de cualquier tipo de iluminación, por lo que una oscuridad casi total se encargaba de dibujar misteriosas y tétricas figuras en el bosque que rodeaba ambos lados de la carretera, eso no le ayudaba PARA NADA en cuanto darle confianza y valor para adentrarse en él. En verdad esperaba, no, imploraba que el dichoso campamento no estuviera lejos de ahí. No era que fuera un cobarde, ya tenía experiencia, tras años al volante, en observar parajes sombríos y escalofriantes, pero una cosa era tras la seguridad de la cabina de camión, y otra muy diferente era a pie.

Tras lo que pareció una eternidad soltó un fuerte suspiro e inició su marcha en dirección al campamento, no antes de encomendarse a Dios, realmente esperaba que, a pesar de lo alocada, y tal vez hasta suicida de su empresa, tener éxito, de verdad que lo esperaba, su futuro dependía de ello, un futuro que esperaba con ansias, un futuro al lado de la persona que mas amaba. Le inquietaba todo cuanto tenía a su alrededor, por lo que optó por poner su mente “en blanco”, un último pensamiento le paso por la cabeza antes de despejarla para poder concentrarse en la empresa que tenia ante él, aunque mas que un pensamiento, fue una acogida para sí mismo.

- Bienvenido a La Zona……
Última Edición: 28 Abr 2011 16:32 por S.T.A.L.K.E.R. Caracas.
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