Primer Día
“Primer día en este nuevo lugar, primer día con mi nueva vida.”
Llegué hoy por la mañana a las instalaciones de investigación de las FF. AA, a la cual me asignaron junto a otros 5 de mis colegas, hicimos un viaje de dos horas mas o menos, desde la base ubicada en el centro del país. Viajamos en un viejo helicóptero de carga Boeing CH – 47 Chinook del ejercito, y a pesar del largo viaje, poco se habló, supongo que todos estaban inquietos por la misma razón que yo ¿A donde nos enviarían?, solo sabíamos que eran unas instalaciones secretas en una de las zonas rojas, pero no sabíamos cual, ni en que situación viviríamos, bah, en realidad si lo sabíamos, cuando nos dijeron que era una zona roja, prácticamente eso significo para nosotros que estaríamos en acción en cualquier momento.
Mis colegas por lo que pude escuchar eran 4 recién salidos del colegio de suboficiales, al parecer, del mismo del que salí yo hace un par de meses, pero debo decir que nunca los vi, aunque no me extraña, cada año salen miles de esa institución. El quinto era una oficial, una hermosa y joven rubia, también recién salida del colegio, aunque no del mismo que nosotros, obviamente. Ahora que recuerdo, creo haber escuchado durante el vuelo, al piloto preguntarle en que se especializaba, y ella, sino me equivoco, le dijo que en el área de comunicaciones, tal vez tenga suerte y la hayan asignado dentro de las instalaciones, me alegra de algún modo, ella estará a salvo de las atrocidades de la zona.
Llegamos a nuestro destino durante la madrugada, una zona boscosa sin nada distinguible desde el aire mas que simples árboles, bajamos del Chinook apresurados con las armas en mano preparados para cualquier cosa que pudiera aparecer, pero llovía mucho y fuera no se veía nada, solo podíamos distinguir unos pocos árboles, ni comité de bienvenida, ni anomalías ni mutantes, nada. Creo que fueron treinta segundos desde que pise el suelo, cuando el Chinook volvió a despegar, ninguno de nosotros sabia que hacer, no nos dieron planos de la zona ni ninguna otra información sobre donde estaban las instalaciones, estábamos en problemas, o eso pensábamos, ya que de pronto se escucho por el intercomunicador la voz de un hombre – Soldados, el rango de visión es limitado, cuando aparezcamos, no disparen ¿Entendido? - Todos respondieron y justo después, de entre las sombras aparecieron alrededor de una docena de soldados, todos bien armados.
De entre los soldados, uno se destacó de entre todos, el que avanzó hacia nosotros, era el oficial al mando, un Teniente Coronel de gran contextura física – Bienvenidos a la zona roja B señores, ahora pónganse en marcha – Justo después de eso, la mitad del grupo, que aún seguía parcialmente en las sombras, dio media vuelta y se adentro en el bosque, justo detrás, el Teniente Coronel y luego nosotros y el resto de los soldados. Mientras avanzamos por el bosque, el Teniente nos dijo que estábamos a 2 kilómetros de las instalaciones y que cuando llegáramos comenzaríamos con nuestros labores. Estos eran la protección del complejo y de los científicos que se albergan en ella. Ubiqué las instalaciones, o parte de ella, a unos 20 metros frente a nosotros por la escasa visibilidad, en la entrada no había nadie, pero seguramente había soldados vigilando el perímetro, aunque no me sorprende que no los haya visto. El complejo era una simple casa, de unos 20 metros de ancho por lo que pude ver, donde sobre su puerta de entrada se encontraba una cámara de seguridad. Al acercarnos, el Teniente dijo algo que no pude distinguir y la puerta se abrió, pero no como cualquier puerta de madera lo haría, esta ingreso rápidamente dentro de la pared, que como la puerta, era falsa, todo el lugar era una estructura de metal, un metal muy grueso de la que se componía tanto la puerta como las paredes, ventanas y el ascensor, ese ascensor en el que cualquiera que haya visto una casa de una sola planta en su vida se preguntaría que función tomaría, pero rápidamente tendría la respuesta. El ascensor, que se encontraba justo en el centro del lugar, era una caja de metal de alrededor 4 metros de ancho y otros 4 de largo, era un gran ascensor de carga. Cuando nos colocamos dentro, el ascensor bajó rápidamente, y a pesar de la velocidad, tardamos 10 segundos en descender. Recuerdo mi primer pensamiento cuando vi como era el complejo, fue algo así como un “¿Adonde carajo estoy?”. El lugar era irreal, parecía una típica instalación de investigación de la ciudad, pero en el lugar menos esperado, en una zona roja y bajo la superficie, ahora que lo pienso, ¿Cómo abran construido este lugar, con los mutantes ahí fuera rondando día y noche?. Juro que pensé que me encontraría con un laboratorio de 1 o 2 pisos bajo la tierra, pero no, el lugar tenia 10, y estaba muy bien construido, como si hubiera sido creado con el pensamiento de que quien entrara, se quedaría años ahí dentro. Según nos dijeron, el lugar tenía todo, dormitorios, varias cocinas y comedores, un gimnasio que incluía varias piletas, una armería, galería de tiro, una enfermería y un almacén con provisiones como para sobrevivir durante esta guerra hasta que finalizara.
Nosotros ya vestíamos nuestro uniforme de combate, por lo que el teniente nos ordenó que dejáramos nuestras cosas en las habitaciones y volviéramos en 10 minutos para que nos asignara los puestos. Rápidamente nos dirigimos a uno de los ascensores junto al de carga por el que bajamos y mire junto a mis colegas el mapa que había en una de las paredes, al parecer las habitaciones de los militares estaban separadas a las de los científicos, ya que las de estos últimos estaban en el sexto piso mientras que las nuestras se encontraban en el quinto. Presioné el botón del quinto piso y al igual que el ascensor por el que vine, bajó rápidamente. Al llegar donde las habitaciones, nos encontramos con un par de soldados, un Teniente Primero y un Teniente, el primero dijo – los suboficiales se vienen conmigo, usted – dirigiéndose a la bonita rubia – vaya con él – Moviendo con la cabeza hacia la posición de su compañero- Y le dirá donde se hospedará – Todos le respondieron y nos separamos, la oficial se fue por un pasillo a la izquierda y nosotros nos fuimos por el pasillo del centro. Caminamos alrededor de 20 metros y me hizo entender con un gesto de la cabeza que esa era mi habitación, entre de inmediato y me apresuré por dejar las cosas sobre una de las camas que había en la habitación, ya que la otra estaba ocupada por otra persona. La habitación era chica pero para mí estaba bastante bien, tenia un escritorio y una cajonera de metal para guardar mis pertenencias. Salí luego de dejar mi mochila, solo con mis armas y municiones, de vuelta a la posición del teniente coronel. Cuando me encontré con él me dijo que vuelva a la superficie y que me reportara con el Teniente Quatrochi para hacer guardia en el perímetro del complejo, asentí y subí a la superficie por el mismo ascensor de carga por el cual llegué. Cuando salí me encontré con varios soldados junto a la puerta de la casa que hacia de fachada, pregunté quien era el Teniente Quatrochi y uno me hizo entender que era él, era un soldado musculoso y con una expresión muy seria, inmediatamente me dijo – Buenos días soldado, según parece sos uno de los nuevos, te diré con quién harás el patrulla... - de pronto el sargento primero se detuvo y llevó su mano al intercomunicador, se dio media vuelta y presiono un botón rojo que había junto a la puerta. Inmediatamente comenzó en todo el lugar a parpadear luces rojas y una voz femenina comenzó a repetir “perímetro comprometido”, solo opacada por las explosiones que ocurrían fuera a causa de los mutantes que pisaban las minas que protegían el perímetro del lugar. Lo siguiente después de activar la alarma fue llamar a los soldados que hacían guardia dentro de las instalaciones, luego abrió la puerta y un total de 5 soldados, incluyéndome salio en busca del enemigo. Lo que vi me dejo congelado, eran cientos, todos mutantes, de todo tipo, de los contagiados con el virus alpha, rápidos y mortales y los que no fueron contagiados, con menos volumen de músculos y lentos pero igual de mortales en distancias cortas. Me hubiera quedado sin reaccionar si no fuera porque uno de mis compañeros, no recuerdo cuál, me golpeó al pasar junto a mi, inmediatamente me desperté, por así decirlo y comencé a disparar. El ruido producido por nuestras armas, junto con las explosiones de las minas, granadas y los gemidos de los mutantes me helaron la sangre, no nos prepararon para esto en el entrenamiento, nada te puede preparar para algo como esto, ver a tus compañeros ser devorados por esas desagradables criaturas solo nos recordaba que el lugar es y siempre sera dominado por ellos. Las balas los traspasaban como si no hubiera nada en ellos, como si estuvieran vacíos, podías descargar toda tu arma en su cuerpo pero si no le dabas a la cabeza era una perdida de tiempo. Se podría decir que eliminar a los lentos era relativamente fácil, solo apuntar y jalar del gatillo pero los contagiados por el virus alpha, eran una cosa muy distinta, corrían y saltaban de árbol en árbol como si hubieran nacido para eso, para ser maquinas asesinas. Pasaron solo 2 minutos hasta que llegaron los refuerzos del complejo, pero para ese entonces ya era muy tarde, tres cuartas partes de los que vigilaban el perímetro ya habían muerto a causa de los mutantes, y tan solo medio centenar de criaturas habían muerto, quedando todavía otros 50 acercandoce en todas las direcciones. Las balas desaparecieron muy rápidamente, y tan solo pude eliminar media docena de criaturas, inmediatamente saque mi pistola y le acerté en la cabeza al mutante mas cercano, el cual solo estaba a 2 metros de mi posición. Su cerebro o lo que ocupaba el cráneo de la criatura decoró el árbol que se encontraba detrás suyo como si fuera un horrible árbol de navidad con temática de la zona, me lo quedé observando unos momentos hasta que escuche por el intercomunicador la voz del teniente coronel que nos ordenaba la vuelta a las instalaciones ya que se proponía a volar todo el perímetro con explosivos. Nos pusimos inmediatamente en rumbo a la casa ficticia, ingresamos rápidamente por la fría puerta de metal y milésimas de segundo luego de cerrada, un gran estruendo hizo vibrar la tierra, borrando rápidamente del mapa tanto a los mutantes como los árboles que cubrían 100 metros en todas las direcciones. El sonido fue la peor parte, la explosión fue tan grande que nos dejó sordos por unos minutos, y cuando nos reincorporamos notamos al salir que toda la zona circundante había desaparecido, solo quedaba una llanura humeante con trozos indistinguibles producto de lo que segundos antes era un enorme bosque infestado de mutantes. Creo que eso último que vi fue casi tan impresionante como ver cientos de criaturas hambrientas corriendo hacia mi dirección. Y por dios, solo fue el primer día....
12 de diciembre del 2025, Zona B, Buenos Aires - Argentina
Espero que les haya gustado, hace mucho que no escribo y cuando lo hacia no lo hacia muy bien XD (espero haber mejorado
)