La Unión hace la Fuerza


1305 horas, 01 de Noviembre de 2013, Hela, Rostok, la Zona.

La Luz que se colaba por los agujeros en paredes y ventanas ya había alcanzado a tocar el rostro de un maltratado ruso encerrado en la Arena. Despertó cegado por la angelical luz recordando que aún estaba en un lugar de muerte.
Entonces, la puerta se abrió y un stalker se abalanzó sobre él para ayudarlo a ponerse de pie. Era Tagu seguido de Alek, ambos levantaron al inmenso ruso y le dieron sus cosas. Pero aún le costaba caminar, su cuerpo estaba bastante dañado por todo un día de peleas.
Sus camaradas le explicaron que sus otros compañeros sufrieron el ataque de un grupo de chupasangre, fue una pelea muy pareja porque algunos estaban sin munición. En ese preciso instante una imagen atravesó fugazmente la cabeza de Vlad: Nika, desmembrada, siendo devorada por esos horribles monstruos. Fue un tan solo un instante en que su mente formuló la imagen, pero él adoptó una mueca de rechazo y miedo mientras su mente reconstruía la aterradora imagen que acababa de ver. Sus ojos quedaron completamente ciegos y todo lo que podía vislumbrar era esa escena. Se incorporó completamente, un leve chorro de adrenalina disparado desde su cerebro le dio fuerzas y comenzó a correr enfurecido. Los demás no perdieron tiempo, juntaron sus cosas y ya estaban los cinco stalkers en camino al Vertedero: Vlad, Tagu, Alek, Hoffman y Zombi.

En la base de Apokalipsis, el grupo interrogaba al Shinigami por la verdadera función de la facción que él había ayudado a fundar. Dimitri Romano, el actual líder, y Yuri Volkov, el segundo al mando, daban a conocer las intensiones ocultas de los hispanos que conformaban la facción usando al asesino como portavoz.

– La verdad… –explicó el Shinigami– …es que yo tengo algo que ver con esto. Yo no seré católico, ni cristiano, ni nada de eso, pero yo sí comprendo la palabra “Apocalipsis”: no es el fin del mundo, como muchos creen. La palabra significa “Revelación” en uno de esos idiomas antiguos. Ese libro fue escrito para darle esperanza a los creyentes, que serían salvados. Este maldito lugar fue tomado por Dante Pitbull para volverlo un refugio en un punto avanzado, donde acogería a todas las personas que necesitaran ayuda. Él usó muchos discursos para convencer a la gente de que se les una, pero la verdad es que necesitaba tener un lugar seguro para los que estuvieran hartos de ser perseguidos. Yo contribuyo con este lugar, porque soy el último sobreviviente de los “fundadores”, pero en realidad solo soy una figura política, una imagen que alienta a las personas. Y ahora me imagino que querrán saber por qué se llama “Revelación” esta facción… algo que descubrimos entre los tres “fundadores”: La Unión hace la Fuerza. Eso es lo que Dante Pitbull quería predicar, esa es la Revelación que quería que todos los stalkers entendieran. …estamos aquí reunidos, en este maldito agujero. Todos tenemos fuerzas y debilidades, pero solo juntos podemos afrontar a todo lo que nos quiera hacer daño, en lugar de perder tiempo, municiones y recursos peleando entre nosotros. Pero eso no es razón para ir atacando a cualquiera. Tal vez ustedes piensen que este es el peor lugar sobre la Tierra, pero la humanidad de por sí es terrible y prefiero quedarme aquí con ustedes antes que salir y vagar por las ciudades buscando almas. Este lugar es el “Nuevo Jerusalén” de los stalkers.

Vlad penetró las puertas de la base de Apocalipsis desesperado, buscando a Nika. Al verla sana y salva sonrió con gran emoción, y ella los miraba con timidez. Él corrió y abrazó a la nipona, esta vez nadie se quejó por eso.
Los ocho stalkers lograron vencer a los chupasangres con pocas municiones, solo salieron con algunos rasguños y sin armas útiles.
La tarde avanzaba, el olor de Carnes asados inundaba los túneles de la facción hispana, así como el sonido de los hombres y mujeres que poblaban al base subterránea, algunos trabajando, otros reparando su equipo.
Un grupo de militares estaban parados en la puerta de la base de Apokalipsis y Bandidos. El numeroso grupo de stalkers bifaccional se percató de la presencia del enemigo que comenzaba a dispersarse dentro de su base. Todos tomaron armas y comenzaron la defensa, mientras cerraban la puerta del gran edificio de andén, dejando adentro a obreros, comerciantes, guardias, mujeres y niños. Los militares comenzaban a caer. Varios stalkers del grupo estaban en el suelo, deteniendo sus hemorragias.
El Capitán del pequeño escuadrón militar retrocedió a la entrada de la base y tomó un intercomunicador, necesitaría llamar a un helicóptero con misiles especiales para destruir el lugar. Algo lo golpeó en la espalda, y cayó al suelo. Se giró para intentar mirar a su oponente mientras alcanzaba su rifle, pero un pie ya estaba apoyado en su pecho y el frío cañón de una pistola acomodado en su frente. Shinigami comenzó a deslizar su dedo por el gatillo mientras sonreía bajo su máscara de calavera y decía « Konban wa… to sayounara. »