Ya habrán visto que puse una fecha exacta. Estoy organizando mis textos (que fueron los primeros) y los textos posteriores de otros autores de forma cronológica siguiendo la trama del relato. Textos que iremos re-publicando con el tiempo y algunos ajustes.
En este punto de mi vida fue cuando comencé a jugar al Clear Sky, y las cosas nuevas introducidas en ese juego se ven aquí.
Campamento
1200, 4 de Junio de 2013, el Cordón, La Zona.
El Shinigami se encontraba oculto en las edificaciones cercanas a la base de los novatos del Cordón. Tenía su AK 74 con un silenciador, apuntando a la cabeza de un joven bandido. Deslizaba suavemente el dedo por el gatillo y una ráfaga de solo dos balas brotó de aquel rifle de asalto. Las balas atravesaron la cabeza del ladrón entrando por el oído izquierdo y saliendo por el derecho.
Aprovechando la camioneta, en la cual estaba parado, se impulsó y alcanzó un agujero en el techo. Al subir, tomó carrera y se lanzó por el aire, aterrizando en el techo del edificio Noroeste, donde, poco más de un año atrás, Marcado rescató a Nimble de los bandidos. Rápidamente, comenzó a trepar por la pared, metiendo sus dedos en los pequeños agujeros entre los ladrillos. Algunos ladrillos estaban suelos y se caían al suelo, pero el asesino rápidamente logró trepar al techo del segundo piso.
Su parkour llamó la atención de los malhechores, quienes le propinaron una lluvia de balas. Ésta fue la señal que hizo que los hermanos y el veterano se lanzaran al ataque con las mismas armas que Shinigami, pero sin silenciadores.
El asesino se metió por un hueco en el techo y bajó la escalera limpiando el lugar, mas solo encontró tres Bandidos.
Se cubrió detrás de una escalera, pero, al escuchar el grito encolerizado de Rick, salió de su escondite y fue a ver qué sucedía. El último de los bandidos en pie le había arrancado la cabeza a John de un escopetazo. Rick, enfurecido, le disparó a las manos al sujeto, luego a las rótulas, destruyéndolas, haciéndolo caer. Disparó a los ojos y por último, al corazón. Había destrozado al bandido que le quitó a su hermano.
Shinigami no dijo nada. Solo miraba cómo su compañero maldecía en inglés mientras seguía descargando una lluvia de balas contra el cadáver de aquel hijo de puta.
En una esquina del Noroeste, había un contenedor, el cual movieron al centro del patio. En el lugar que quedó libre, cavaron un pozo y depositaron los restos de John.
– Sé que ustedes no son ortodoxos. ¿Te importaría si hago una cruz sencilla en su tumba? Es una tradición aquí en la Zona. –explicaba Fanatic
– Ya no importa… No importa lo que hagamos, nada traerá de vuelta a la vida a mi hermano… a menos… ¡El Genio! –Rick casi estaba llorando
– Ni se te ocurra. –interrumpió el Shinigami sujetando su hombro
– ¿Qué demonios estás diciendo?
– El Genio te quita algo, normalmente la vida, para cumplirte un deseo, no vale la pena. Y es mejor aquí, donde no alcanza el rango de acción de los Cauterizadores. Solamente hay que mantener este lugar libre de mutantes y tu hermano podrá descansar.
– No importa, quiero venganza. Quiero matar a todos los bandidos con los que me cruce.
– Bien por ti. Si gustas, puedo ayudarte.
– ¿Qué acaso no tenías planes para esta pocilga?
– Sí, eso se hará en seguida, luego veremos a Sidorovich. Ten por seguro que los bandidos intentarán recuperar este lugar. – tomó su PDA y envió un mensaje a Sidorovich
– ¿Y ahora qué?
Pasaron varios minutos y llegaron dos camiones militares que dejaron materiales: alambrado, bolsas de arena, bloques de concreto.
– Mira, Stalker, esto lo hacemos porque le debemos un favor a Sidorovich. Si fuera por mí, te mataría.
– Entiendo, señor. –el Shinigami era el único que le hablaba a los militares
– Al menos tienen modales, no como la basura que anda rondando por ahí. Si me entero que matas a algún militar, vendré y me llevaré conmigo los materiales.
– Tenga por seguro que eso jamás sucederá, señor. –respondió el asesino mientras los militares se alejaban
– Creo que fue mala idea. Si se enteran que tú te cargaste a los de la entrada.
– Nah, los de la avanzadilla no tuvieron tiempo para enviar ningún mensaje de auxilio. Además, para cuando ellos intenten tomar los materiales, se encontrarán con varios Stalkers en su camino.
– Já, eso será divertido. Y… ¿Qué mierda hacemos con todo esto? –Rick y Shinigami discutían mientras Fanatic comenzaba a arreglar el lugar
– Primero, tú te tranquilizas, luego, si quieres, me ayudas con esto… Llevaré las bolsas de arena y los bloques de concreto para tapar los huecos de los muros. Luego, según Fanatic, moveremos los vehículos destrozados para tapar los espacios entre los edificios, de modo que solo se puede acceder por el Este y por el Oeste.
– Pero… del Este baja el camino que viene del Valle Oscuro, hay mutantes que bajan por ese camino y se acercan a este lugar.
– Cuando lleguen los Stalkers, estableceremos guardias, dos en cada entrada, se turnarán en 8 horas cada uno.
– Vamos a necesitar 12 stalkers solo para la guardia.
– Sidorovich despachará a 16 aquí. Me envió un mensaje diciendo que se colaron 9 civiles mientras estábamos aquí, el campamento de los novatos está superpoblado contando con los que llegaron antes del amanecer huyendo del Vertedero.
– ¿Qué aún no le debes dinero a Sidorovich?
– Encontré artefactos muy raros entre los ladrones, el comerciante pagará mucho por eso, por eso le pedí los materiales, que en realidad él “donó” a los Stalkers Solitarios para una nueva base oficial.
– Bueno, yo comienzo con el puto alambrado alrededor.
– Cuidado con las anomalías, si sientes algo extraño arroja un tornillo, una escoria o lo que tengas a mano. Y si aparece un mutante, corre y súbete arriba de un edificio.
– Ya, no seas tan molesto.
– Perdimos a un compañero por habernos descuidado, no dejaré que pasa de nuevo.
– Está bien… manos a la obra.
Pasaron tres horas. Tres horas de intenso trabajo entre 18 stalkers novatos y un veterano. Por milagro, no aparecieron mutantes, anomalías, bandidos, militares, nada. Todo estaba muy tranquilo, misteriosamente tranquilo.
Se había limpiado por completo el lugar, se había hecho completamente seguro y habitable. Los novatos aceptaron la guardia. Instalaron otra hoguera en centro del patio, donde antes solía estar una camioneta con cajas de madera, una hoguera para iluminar el punto más importante de noche. Allí había seis principiantes, sentados en derredor, unos de ellos tocaba una triste balada en su guitarra.
A los lejos, los guardias veían a tres stalkers de rango medio que oyeron sobre el proyecto y decidieron sumarse. La pequeña base estaba comenzando a crecer mientras un veterano, buscando descanso de las aberraciones de la zona, se dedicaba a entrenar a los inexpertos.
Rick subió la gran escalera y se encontró con el Shinigami. Se sentaron frente al televisor descompuesto.
– Yo… Mi hermano y yo veníamos de Inglaterra. Nuestro padre era mecánico, reparaba autos. Pero mi hermano y yo éramos aficionados por las armas. Oímos historias sobre la Zona y deseábamos venir… pero no imaginamos lo terrible que podía resultar.
– Entiendo. Pero el simple hecho de acercarse aquí es peligroso, es difícil que alguien sobreviva mucho tiempo. Mira, tú quieres vengar a tu hermano matando bandidos, yo quiero encontrar a un traidor y llevarme su cabeza ante mis superiores; no sé por qué mierda me piden la cabeza, eso ya es asqueroso. No me quedaré mucho tiempo en este punto de control que acabamos de establecer.
– ¿Qué más me puedes contar de ti?
– Soy español, pero mis perdí a mis padres y un tío, un pariente político, me adoptó. Fui a Japón. Me volví policía y hace un tiempo hubo un conflicto con rebeldes rusos; me hicieron unirme al ejército para detener a ese grupo de locos que quería conquistar Japón para anexarlo a su provincia rusa. Pero el gobierno ruso nos ayudó a detenerlos. Luego escapé y me uní a un grupo paramilitar que caza nazis, pues hay varios en EEUU que están tomando armas. Y ahora estoy aquí, buscando al traidor que se unió a los nazis, deberé ir más al Norte.
– Bueno, no tengo otra opción que acompañarte.
– Hazlo si quieres, pero yo no puedo asegurar nada… ni siquiera mi propia supervivencia.
– Entonces vamos a necesitar un poco más de ayuda.
Un hombre de cabello rubio, con un traje de stalker modificado, entró en la habitación. Tenía en su hombro la insignia de los Renegados, pero con el código D.A.R.K. bordado debajo. En su mano derecha se observaba una ballesta, y en la izquierda un rifle de francotirador.
– Oí que necesitaban ayuda. Puede llamarme… Dante.
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