Muchas veces pienso que me equivoque. Que este no es mi lugar. Recuerdo con cierta nostalgia mi vida anterior. Quizás es cierto, quizás no. Todo es relativo. La vida, la muerte, el bien, el mal…
Soy un hombre de costumbres. Me gusta la rutina. La previsibilidad de la cosas. Sin embargo eso aquí es imposible, así que puedo decir que esa faceta de mi murió con mi otra vida. Siempre hay un cambio. Un camino que se cierra, otro que se abre… Y lo peor es la compañía. No suelo conocer a mucha gente, ya he perdido suficientes amigos. Tal vez soy demasiado pesimista, pero morir es tan fácil que tiemblo solo de pensarlo. No lo se. Voy a dormir, tal vez eso me ayude.
Me despierto entre goteras. Cuando llueve me siento aun peor. Pienso ¿Y si esta agua procede del sarcófago? Dios, no puedo seguir así. Tengo que empezar a vivir. Bendita ignorancia…
Salgo a la calle. Me noto tan cansado como si fuera el final del día. ¿Sera este mi final? El final de un veterano como yo. ¿Qué demonios son esos galones? Veterano. ¿Significa que he visto más muerte que el resto? ¿Qué he matado más? No quiero ese titulo, gracias. Me largo. No se a donde. Pero me voy.
Mientras caminaba sin rumbo alguno me tope con un stalker. Nada importante hasta este punto. Pero se me acerco y me dijo -No temas a la muerte amigo, ya estas muerto ¿No crees?- Me miró fijamente. He vencido a más de cien personas. He esquivado miles de balas. He evitado la muerte durante mis 13 años aquí. Pero este tío, hoy, me ha vencido. Tras decírmelo se desvaneció. Se desmayo. ¿Qué demonios? Salgo corriendo hasta mi campamento. Lo que tardé 30 minutos en recorrer lo recorrí en tan solo 10. Ahora sí que estaba desgastado. Dios…estoy viejo para esto. Fuera la lluvia desafinaba. Yo, mientras, recordaba lo que me dijo aquel hombre. No, no tiene sentido. ¿Es una señal?
Destrozo todo lo que tengo a mí alrededor y de pronto me veo enfocando mi AKM contra mi reflejo en un espejo roto. Una buena imagen de mí. Roto.
¿Por qué estas aquí? No lo sé. ¿Por qué estás aquí? No lo sé. ¿Por qué estás aquí? No lo sé.
¡¡¡¡¡JODER!!!!!!
Caigo inconsciente. Sufro pesadillas. Pesadillas horribles. Precipicios de miedo seguidos por un rio de sangre que desemboca en las profundidades más oscuras de mi mente. Yo caigo, caigo, caigo y me despierto. Es mi final. Lo veo claro. Con esta carta me despido. Personalmente a ti Wolf. Mi viejo amigo. Espero que con esta tinta de suicidio hayas comprendido mi motivo. Y, por favor, wolf, no me recuerdes, porque entonces me habras olvidado.
Adios.
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