Segunda parte del relato "Vuelvo a cargar mi Barrett". No leer si no se ha leído la primera parte.
II
Alpana ha encontrado la PDA que fueron a buscar. Abandona la sala y vuelve sobre sus propios pasos hacia la salida. Entonces recuerda que la escalera por la que entró ha volado, así que se da la vuelta y busca otra salida. En su camino encuentra otra sala, mucho mayor que la anterior. Allí encuentra diez extrañas máquinas. Una especie de contenedores cilíndricos de metal, de unos cuatro metros de alto y uno y medio de diámetro, conectados a unas cápsulas de cristal enormes, con un líquido transparente aunque ligeramente turbio en su interior. Varias están vacías, pero en dos de ellas hay algo: unos seres extraños, enormes, parecen a medio hacer. Son muy altos, al menos tres metros, musculosos, en sus cabezas exhiben afilados dientes, y en las manos tienen unas enormes cuchillas.
El francotirador comienza a notar una fuerte jaqueca. El casco está empezando a fallar, quizá sea la batería, o que las emisiones en esa zona son especialmente intensas. Comienza a leer la documentación, según lee su semblante se vuelve más y más sombrío. Se da cuenta de que están todos en peligro.
.
Los snorks finalmente se alejan del cadáver de Rasputin. A pocos metros de allí un hombre se levanta con cautela de entre los cadáveres de varios stalkers abatidos por los zombis. Ve que estos están ocupados en el bunker. Ha conseguido salvar su vida haciéndose el muerto. Con la ayuda de una larga rama consigue hacerse con el Obokan y la PDA del tipo frito en la anomalía eléctrica, y se escabulle con sigilo hacia el territorio salvaje. Quiere huir de la Zona. Ha visto demasiado horror, y ya sólo quiere escapar y olvidarlo todo. Llega hasta Los 100 Rads y allí malvende la PDA por 200 rublos. Se queda el Obokan por si lo necesita por el camino. Sale del bar y se encamina hacia el Cordón. Sólo pretende escapar, seguir vivo, olvidar este horror. Pero le han seguido. Desde Yantar le viene siguiendo un soldado que ha observado cómo conseguía la PDA. No es militar, tampoco pertenece a ninguna facción conocida. Lleva un distintivo con un paraguas rojo en el brazo.
-Atención cuartel general, aquí unidad 72-A, localizado Stalker con una PDA con posible información sobre proyecto alfa en laboratorio X16. Solicito permiso para atacar.
-Negativo, mantenga contacto visual e informe si establece contacto con alguien. Atención escuadrones Delta y Gamma, orden de ataque, coordenadas 177/281, en quince minutos. No debe quedar nadie con vida en ese bar. Repito, nadie vivo.
Poco después del ataque al bar llegan varios Stalkers , encuentran al cantinero moribundo, y tras interrogarlo consiguen la PDA de Rasputin. Uno de ellos consigue ponerla en marcha de nuevo. Al estar de nuevo operativa recibe un mensaje atrasado:
-Rasputin, creo que he encontrado algo gordo. Aquí hay una maquinaria muy extraña. Hay también documentación. ¿Puedes oirme, ruso de los cojones? Joder, no se oye nada., si puedes oirme, ve a sacar a los científicos del bunker y largaos de allí a toda pastilla. Esto es muy grave. Los documentos hablan sobre un plan, algo del resurgir de una potencia. El infierno en la tierra, la última revelación y muchas frases apocalípticas. No puedo más tengo que salir de este lugar, el aparato que le quite a ese estúpido que juega al doctor en su, aún más estúpida caja de metal, está comenzando a fallar, no puedo llevarme los documentos porque sabrán que estuve aquí. Quizás ya lo sepan, ni siquiera puedo confiar en mis pensamientos. Te envió la posición a tu GPS por si no lo logro, los demás tienen que saberlo, tienen que estar preparados, el Apocalipsis se aproxima, hay que salir, no podremos con esto amigo.
Alpana siente que tiene que salir de ese lugar, comienza a sentir una fuerte opresión en el pecho, y su respiración se vuelve más fatigosa. Se pone la máscara antigas por precaución y sale de nuevo a los laberínticos pasillos del laboratorio. En una de las numerosas salas que visita encuentra otro casco inhibidor. Decide ponérselo, ya que con el suyo la jaqueca está aumentando en intensidad.
–Rasputin, he encontrado otro casco, voy a cambiar el mío, está fallando.-
En su camino tropieza con algunos zombis, pero con el Thunder son poco molestos. Son bastante lentos y cuando quieren apuntar al sniper ya han recibido una ración de plomo en sus cabezas. No encuentra la salida. Está más de cuatro horas dando vueltas, totalmente desorientado. Finalmente encuentra unas escaleras por las que cae agua. Pensando que el líquido debe entrar por algún lugar, sube dos pisos y por fín encuentra una sala de control, y al fondo una puerta semiabierta por la que se cuela una corriente de aire fresco. Pero cuando va a salir una idea le viene a la mente. “Hay que volar este sitio, sólo así tendremos alguna posibilidad”.
Vuelve hacia atrás y comienza a poner cargas de explosivo C4 por todo el complejo. En la última de las salas encuentra cuatro stalkers que antes no estaban. No sabe si son amigos o enemigos, ni si están vivos o muertos. Probablemente esto último. Tienen cascos inhibidores, pero parece que no les sirvieron de mucho. Tampoco tiene tiempo ni ganas de comprobarlo. Coloca otra carga de C4 y sale disparado hacia la salida. Ahora va directamente hacia ella, ha memorizado el camino que ha hecho desde la sala de control y lo sigue en sentido inverso, pero aún así le llevará unos veinte minutos salir de allí.
Poco después, Konstantin despierta alertado por una voz que sale de la PDA- ...estoy saliendo del laboratorio, por cierto el casco que dejaron en el escondite realmente funciona, solo sentí una fuerte jaqueca unos segundos pero nada grave. Aunque lamentablemente debo informarles que lo que montaron aquí excede mis conocimientos, al menos en el poco tiempo que tenemos. Tomé todos los documentos, al menos podremos entender que es lo que hicieron. Solo se me ocurre una forma de tratar de detener esto: coloqué explosivos por todo el lugar. No tengo un detonador remoto así que programé cada explosivo para dentro de algo más de dos horas. Tengo que asegurarme de poder salir, no puedo retroceder y no sé que con que me encontrare en los túneles. Confió en que les llegue este mensaje, al parecer han bloqueado las comunicaciones, voy a dirigirme hacia el Cordón y de ahí fuera de la Zona.
Finalmente Alpana sale al exterior. Es de noche. Está en una escalera que da a la zona del laboratorio más cercana al pantano. Desde allí ve con los prismáticos a alguien tumbado sobre el techo del bunker de los científicos. Supone que está muerto. En la distancia cree que es Rasputin, que no ha conseguido sacar a los científicos a tiempo.
“Adios compañero” piensa, mientras hace una especie de saludo llevando dos dedos a su sien derecha.
Hordas de zombis están atacando el bunker desde todos los flancos. Eso le permite, rodeando el pantano, esquivar a los monstruos, y corriendo por la colina consigue alejarse en dirección al territorio salvaje. Continua con su huída disparando a todo lo que se mueve frente a él. El SVDm no es útil en esta situación y el Thunder se queda pronto sin balas. Lo tira y se hace con el IL86 del último zombi al que ha abatido. Según agota el cargador, recoge el arma del más cercano de los numerosos muertos que siembran el camino, y cuando de nuevo se queda sin balas vuelve a tomar otra nueva arma, así una y otra vez. Los cuerpos están tan juntos unos a otros que se hace imposible correr sin pisar miembros de unos y otros. La sangre de zombis, soldados y mutantes forma un lago encarnado, un lago de muerte y sufrimiento que se extiende hasta donde alcanza la vista de Alpana.
“¿Qué ha pasado aquí, de dónde han salido todos estos muertos? Ese hijo de puta de la capucha nos la jugó bien jugada. Antes de irme tengo que pasar por el bar a darle un recado” – piensa mientras dispara a otro zombi que se aproxima hacia él.
Cerca de la entrada de Rostok oye varias ráfagas de subfusiles seguidas de una fuerte explosión. Se detiene y se oculta tras un árbol. A través de sus prismáticos mira hacia el lugar y descubre un monstruo gigantesco junto a un cilindro similar a las cápsulas del laboratorio. Se mueve muy lentamente, como si acabase de despertar. Un poco más hacia la izquierda un grupo de cuatro Stalkers corren hacia los edificios de Rostok. Están a unos doscientos metros. Enfoca hacia ellos, todos llevan máscaras antigas, uno es un tipo grandote, el más lento. Por delante un stalker con una máscara metálica extraña, y delante de éste otros dos mucho más pequeños y ligeros, ¡parecen dos mujeres!...
De repente la chica pelirroja del sueño se hace de carne y hueso. No la ve bien la cara por la máscara, pero tiene que ser ella. “¿Qué coño significa esto?” piensa Alpana “¿Quién es esa chica?” Un impacto de perdigones en su espalda le hace regresar se sus pensamientos. Afortunadamente el Bulat ha resistido el impacto y solamente siente un fuerte dolor en sus riñones. Rueda por el suelo al tiempo que saca la Kora y mete cinco tiros al zombi que le ha disparado.
Desde el suelo ve a los stalkers perderse entre los edificios. Se levanta y sale corriendo en dirección a ellos. También puede ver al extraño ser que ha salido del cilindro que se dirige en la misma dirección. Cerca de los edificios hay menos cadáveres, pero más zombis. “Parece que alguien se los ha llevado, o incluso que los mismos muertos se están levantando, pero eso es imposible… ¿o no?”. Mientras el tirador piensa esto ha alcanzado los edificios. Dobla la esquina del primero y ve a los Stalkers repeliendo un ataque de un grupo muy numeroso de zombis. El de la máscara pierde el contacto con los demás y queda aislado. Se está quedando sin munición, y un impacto en su cabeza hace que pierda la máscara. Se tambalea, pero aún puede seguir disparando. Alpana dispara también, logra abatir a tres zombis antes de que el otro stalker desaparezca en un edificio.
El grupo de zombis sigue siendo numeroso y no puede seguir el mismo camino que los otros stalkers. Alpana se mete en el edificio de enfrente, el paso está cortado por un montón de escombros y la única opción es una escalera. Sube a la primera planta,. sale al pasillo y al doblar una esquina se tropieza con otro cacho de carne andante. Su olor es asqueroso, y tocar la carne podrida aún más. Le da un culatazo del SVDm y la cabeza del zombi se gira totalmente como si fuera la niña del exorcista. Aprovechando la situación coge la Big Ben que lleva al cinto el no-muerto y le descerraja un tiro en la nuca. A través del agujero que ha hecho la bala en la podrida cabeza se puede ver el fondo del pasillo. El zombi cae al suelo y el camino queda libre. Agarra el Barret que el desgraciado a dejado caer. “Bonito trasto” piensa. Corre y se asoma a la ventana que hay al final del corredor. Desde allí puede ver a las dos mujeres tratando de arrastrar al tipo grandote, mientras éste dispara a los zombis que también hacen lo mismo contra ellos. Parecen discutir, y finalmente salen corriendo hacia otro edificio dejando al hombre atrás. Alpana salta por la ventana hacia el suelo situado a unos cinco metros. Trata de ir al edificio donde han ido las dos stalkers, pero el tipo grande lanza varias granadas justo al camino que lleva hacia allá. Saca la Kora de su funda, y con ella en una mano y la Big Ben en la otra cambia de dirección y se abre paso hacia otro edificio cruzando la calle. Entra y acaba con dos zombis con uniforme de Deber. Oye el sonido de un helicóptero pesado que se acerca, pero inmediatamente deja de oirlo por el ruido de las explosiones de las granadas que ha lanzado el tiparrón de fuera.
Sube corriendo los tres pisos del edificio. Varias balas le siguen cuando pasa por los pisos intermedios, pero ninguna consigue rozarlo. Oye los gruñidos de los zombis a su espalda, pero son mucho más lentos que él. Finalmente llega a la azotea. El ruido del helicóptero se hace más nítido a su derecha. Mira hacia allí y lo ve, parece estar controlando el área. Entonces, entre los sonidos de los disparos, oye un grito en el edificio de enfrente. Gira su cabeza justo para ver cómo una de las dos mujeres cae por un hueco mientras la otra grita. Varios disparos impactan muy cerca de ella. Los zombis están disparando desde abajo. La pequeña japonesa sube el último tramo de escaleras que falta y se dirige hacia otro helicóptero que hay posado en la azotea, pero de pronto se para. Se lleva la mano a la cintura, desenfunda su pistola y apoya el cañón en su sien.
Y III
Entre las vigas del edificio, que ha perdido parte de su fachada, puedo ver una sombra gigante subiendo tras la chica.
-¡NO, NOOOO! ¡CORRE!¡CORRE! Le hago señas mientras grito con todas mis fuerzas para avisarla. Ella parece verme, pero no me entiende y no reacciona. El ruido del Mi-24 se hace más intenso. Sé que me han visto, y preparo el Barret para apuntar hacia el piloto
De repente el monstruo da un salto y se planta ante la chica. Se queda parado ante ella, dudo un momento, pero despreciando al helicóptero, vuelvo a apuntar, y un agujero del tamaño de un puño aparece en el hombro del mutante. El monstruo se retuerce de dolor y suelta su puño hacia la chica que consigue esquivarlo por muy poco. Ella también le dispara. Vuelvo a cargar mi Barrett, apunto de nuevo a pesar de que el Mi-24 se sigue acercando, aprieto el gatillo y en una décima de segundo la bala cruza la calle y se incrusta en el centro de su espalda. No es suficiente, disparo de nuevo y el proyectil impacta en su cabeza, que vuela en mil pedazos salpicando sangre y sesos en varios metros a la redonda. El monstruo cae a los pies de la pequeña chica pelirroja. Ella respira aliviada por un momento, y luego me busca con su mirada. Es sólo un segundo, pero el tiempo parece haberse detenido .Sus ojos están cansados y tristes, una tristeza amarga, cruel, infinita, pero aún se adivina un poso de esperanza en el fondo de sus córneas.
El helicóptero se aproxima todavía más, ella se vuelve para verlo justo en el momento en que el mortífero proyectil sale del tubo del M72.
“Mierda, se acabó. Esto es el final”
Caigo al vacío al tiempo que el techo del edificio que ocupo se viene abajo destrozado por la explosión, mientras el polvo del derrumbe hace que pierda de vista a la chica.
Quedo inconsciente entre los escombros del edificio. Por primera vez en tres días el sueño no se repite.
Alpana
Foros