Iván era un miembro de Monolith, sin otros problemas que liquidar un chupasangres o liarse a cuchilladas con algún stalker de cuando en cuando. Un día empezó a sufrir dolores de cabeza, ligeros al principio, pero que fueron aumentando hasta llegar a ser insoportables.
Después de sufrir unas semanas este problema, Iván se decidió a ir al médico de su facción.
El matasanos lo examinó, realizó radiografías, muestras de sangre, de heces, de orina, y por fin le dijo:
-Tengo una noticia buena y una mala. La buena es que puedo curarte tus dolores de cabeza. La mala es que para hacerlo tendré que castrarte. Sufres una rara situación en la que tus testículos oprimen la base de tu columna vertebral, y eso te causa dolores de cabeza. La única manera de remediarlo es extirpar tus testículos.
Iván no se decidía y quedó deprimido, pero sus jaquecas empeoraban día tras día, y desesperado decidió someterse a la operación.
Al salir del hospital de campaña, el dolor de cabeza había desaparecido por completo, pero se sentía abatido y desanimado, como si le faltara una parte de sí mismo (obviamente).
-Lo que necesito es un uniforme nuevo- se dijo, así que entró en la tienda de suministros y pidió un traje blindado nuevo de Monolith.
El stalker oficial de intendencia lo observó por un momento y dijo:
-Muy bien, talla 44.
-¡Exacto! ¿Cómo lo supiste?.
-Es mi trabajo -repuso el oficial-.
Iván se probó el traje, que le quedó perfectamente.
Mientras Juan se observaba en el espejo, el otro le dijo:
-¿Qué te parece una guerrera nueva?
Iván respondió:
-Pues, ¿por qué no?
-Veamos, ha de ser un 34 de mangas y dieciséis de cuello.
- ¿Cómo lo supiste?
-Es mi trabajo -repitió el oficial-.
Iván se puso la guerrera y mientras se veía en el espejo, el oficial le dijo:
-¿Unas botas nuevas?
-Por supuesto -dijo-.
El stalker de intendencia echó un vistazo a los pies de Iván.
-Un 42
-¡Exacto! ¿Cómo lo supiste?
- Es mi trabajo -respondió de nuevo el otro-
Mientras Iván admiraba sus botas nuevas, el oficial le preguntó:
-¿Qué te parece si te llevas también unos calzoncillos nuevos?
Iván por un segundo pensó en la operación que acababa de sufrir, y dijo:
-¡Buena idea!
-Debe ser calzoncillo de talla 36 -dijo el oficial.
Iván se rió:
-No, te equivocas. He usado talla 34 desde los dieciocho años.
El otro negó con la cabeza:
-No es posible que uses la 34; el calzoncillo estaría demasiado apretado, te presionaría los huevos contra la base de la columna y tendrías todo el día un tremendo dolor de cabeza......